NoticiaParroquias Los Morales celebra la fiesta de su patrón, san Juan Bautista Publicado: 02/09/2022: 7144 Parroquia Con motivo de la festividad del martirio de san Juan Bautista, que se celebró el 29 de agosto, los vecinos de la pedanía de Los Morales, en Villanueva del Trabuco, celebraron la fiesta de su patrón. Una celebración muy especial «tras dos años de pandemia y después de concluir la reforma de la capilla, que era una antigua escuela rural», explica su párroco, Luis Alberto Quijada. Tras la celebración de la Eucaristía, oficiada por los sacerdotes de la localidad Antonio Ramos Ayala y Luis Alberto Quijada, los participantes compartieron un ágape fraterno con todo lo que aportaron los fieles. En palabras de su párroco, Luis Alberto, «la devoción por san Juan Bautista en esta pedanía viene de lejos. Los mayores recuerdan que, desde pequeños, celebraban la fiesta de su nacimiento, el 24 de junio, y que sólo se ha visto interrumpida dicha fiesta por la pandemia. La idea de celebrar el martirio, el 29 de agosto, fue del sacerdote D. Antonio Ramos, hace unos cinco años, con el objetivo de compartir también un rato de convivencia con los vecinos, de forma más cercana y distinta a la que sea crea durante los actos del 24 de junio». Martirio de san Juan Bautista San Juan Bautista es el único santo del que se celebra tanto su nacimiento (24 de junio) como su muerte (29 de agosto), acontecida por medio del martirio. El papa Benedicto XVI, en la audiencia general del 29 de agosto de 2012, recordaba que «la Iglesia celebra la memoria del Martirio de san Juan Bautista, el precursor de Jesús, que testimonia con su sangre su fidelidad a los mandamientos de Dios. Su vida nos enseña que cuando la existencia se fundamenta sobre la oración, sobre una constante y sólida relación con Dios, se adquiere la valentía de permitir que Cristo oriente nuestros pensamientos y nuestras acciones». Además, destacó que «la vida cristiana exige, por decirlo de alguna manera, el 'martirio' de la fidelidad cotidiana al Evangelio, es decir, el valor de dejar que Cristo crezca en nosotros y sea Él quien oriente nuestro pensamiento y nuestras acciones. Pero esto sólo puede suceder en nuestra vida si la relación con Dios es sólida. La oración no es tiempo perdido, no es robar espacio a las actividades, incluso a las apostólicas, sino que es exactamente lo contrario: sólo si somos capaces de una vida de oración fiel, constante y confiada, será el mismo Dios quien nos dará la capacidad y la fuerza para vivir de modo feliz y sereno, para superar las dificultades y testimoniarlo con valor. Que san Juan Bautista interceda por nosotros, a fin de que sepamos conservar siempre la primacía de Dios en nuestra vida».