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San Felipe Neri, el santo de la alegría

Publicado: 21/05/2019: 24141

El 26 de mayo se celebra el día de san Felipe Neri, conocido como el heraldo de la alegría. El santo al que el papa Francisco definió como un «cincelador de almas» y que afirmaba: «quien quiera algo que no sea Cristo, no sabe lo que quiere; quien pida algo que no sea Cristo, no sabe lo que pide; quien no trabaje por Cristo, no sabe lo que hace». Hoy nos acercamos a las huellas que el testimonio de san Felipe Neri ha dejado impresas en el corazón de nuestra Iglesia de Málaga.

San Felipe Neri continúa hoy muy presente en la Diócesis de Málaga, destacando la parroquia que lleva su nombre y la Congregación de Filipenses Hijas de María Dolorosa presentes en Antequera y en la capital desde el siglo XIXSan Felipe Neri continúa hoy muy presente en la Diócesis de Málaga, destacando la parroquia que lleva su nombre y la Congregación de Filipenses Hijas de María Dolorosa presentes en Antequera y en la capital desde el siglo XIX.

La parroquia de la Santa Cruz y San Felipe Neri tiene su origen en el oratorio que formaba parte del palacio del segundo conde de Buenavista, Antonio Tomás Guerrero Coronado y Zapata, quien entre 1720 y 1730, edificó una pequeña capilla de planta octogonal atribuida al arquitecto Felipe de Unzurrunzaga, que corresponde en la actualidad con el presbiterio.

Como explica el sacristán de la parroquia, José Manuel García Jabato, «tras enviudar por segunda vez, el conde de Buenavista tomó la decisión de hacerse sacerdote. Y, en su testamento, especificó que cedía el edificio a los filipenses siempre que se rindiera culto también a la Santísima Virgen de los Dolores, la de los Siervos de María, de la que era muy devoto».

El templo se fue ampliando con los años con «la actual nave elíptica, que es obra de Antonio Ramos Medina; y la fase final de la construcción, que se atribuye a Martín Aldehuela. Pero con la Desamortización de Mendizabal, los filipenses se vieron obligados a dejar el templo. Luego, en 1841, se erigió como parroquia filial de los Mártires». Son pocas las personas que conocen tantos detalles de esta parroquia, pero es que, como afirma José Manuel García, «yo he crecido aquí. Mi padre colaboró durante 50 años en esta parroquia, en la que yo llevo cerca de 30 colaborando, y otros tantos como lector de la Catedral».

En el año 2000 comenzaron los trabajos de rehabilitación del templo, que se han ido llevando a cabo en diferentes etapas. Se ha intervenido en las cubiertas, se ha reparado la fachada y se ha eliminado el problema de humedad, entre otros. Además, ya en 2011, concluida la restauración, el pintor Raúl Berzoza elaboró una obra para cada una de las seis capillas del presbiterio en las que se representan momentos de la vida de San Felipe Neri y de la resurrección de Cristo. A lo que hay que sumar una nueva talla de San Felipe Neri, obra de los escultores Raúl Trillo y Salvador Lamas, «porque la anterior estaba muy deteriorada -como afirma este sacristán- pero se está restaurando, y esperamos que pronto esté de vuelta en la parroquia».

Este templo es muy conocido, además, por ser la sede canónica de diferentes cofradías, como son: Salutación, Santa Cruz, la Sangre y Servitas, cuya titular es una talla atribuida a Fernando Ortiz (siglo XVIII) y que lleva más de 300 años recibiendo culto en este templo.

Como recuerda José Manuel García, «esta parroquia ha tenido una vida muy rica a lo largo de los años. Recuerdo que se hacían cinco misas diarias y siete los días de fiesta y todas se llenaban, pero la población del barrio ha cambiado mucho y se han creado muchas parroquias en la zona que antes atendía San Felipe. Por eso, decimos que esta parroquia es la madre de muchas, entre ellas: San Dámaso, Fátima, El Rosario, San Antonio María Claret... Y aquí también tuvieron un papel muy importante los Misioneros de la Esperanza (MIES), ya que su fundador, Diego Ernesto Wilson, estaba adscrito a esta parroquia, por lo que conservamos muchas pinturas de este sacerdote».

LA CELEBRACIÓN SERÁ EL 28

Como explica el párroco de la Santa Cruz y San Felipe Neri, Alejandro Pérez Verdugo, «este año, al caer la fiesta en domingo del tiempo pascual, trasladamos la celebración al martes 28. Este día celebraremos una Misa y posteriormente tendremos un ágape con los participantes».

Y es que esta parroquia tiene una vida muy activa, afirma, ya que «a pesar de que la edad media del barrio es bastante alta, cuando llegué a la parroquia me encontré un consejo pastoral parroquial que funcionaba muy bien y en el que estaban representados todos los organismos. Contamos además, con varios grupos de confirmación, tenemos catequesis propias de adultos, cursos prebautismales, prematrimoniales, celebramos la adoración nocturna una vez al mes, la exposición del Santísimo los viernes y una actividad cofrade bastante importante. Además, contamos con una comunidad de la Legión de María y somos la sede de Ayuda a la Iglesia Necesitada en Málaga y de la Comunidad Católica Ucraniana. Pero sobre todo viene mucha gente a rezar, conservando su origen de oratorio».

¿Qué nos enseña Felipe Neri?

San Felipe Neri nació en Florencia (Italia) en 1515 y fue un «apasionado anunciador de la Palabra de Dios», como recordaba el Papa Francisco en su mensaje con motivo del V Centenario de su nacimiento. «Su paternidad espiritual –continuaba Francisco– se transparenta en todo su obrar, caracterizado por la confianza en las personas, por el rechazo de los tonos hoscos y enfadados, por el espíritu de fiesta y alegría, por la convicción de que la gracia no suprime la naturaleza sino que la sana, fortalece y perfecciona. Le gustaba la espontaneidad, rechazaba el artificio, elegía los medios más divertidos para educar en las virtudes cristianas, proponiendo al mismo tiempo una sana disciplina que implicaba el ejercicio de la voluntad de acoger a Cristo en lo concreto de la propia vida».

Filipenses Hijas de María Dolorosa

Esta congregación fue fundada por el padre Francisco García Tejero, sacerdote de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri y Madre Dolores Márquez de Onoro, con el propósito de ayudar a los más desfavorecidos siempre desde la alegría, la acogida y la sencillez, fieles al estilo de San Felipe Neri.

En la actualidad, son 11 las hermanas presentes en la Diócesis, entre Málaga y Antequera. Una de ellas, la hermana Inmaculada Dutrús, explica que «llegaron primero a Antequera, de la mano de un grupo de señoras devotas que impartían clases a las niñas pobres de dicha ciudad, pero algunas de ellas veían que no era suficiente, por lo que entraron en contacto con nuestra congregación que tenía colegios en Sevilla, Jerez y Córdoba. Finalmente, la congregación se estableció en el antiguo convento de Agustinas Recoletas, vacío desde la Desamortización».

Con respecto a la comunidad de Málaga, recuerda la hermana Inmaculada que «la congregación aceptó hacerse cargo del llamado “Asilo San Carlos y Santa María Magdalena”, que desde 1681 acogía a mujeres que abandonaban la prostitución y que había dependido del Obispado durante varios siglos.

Finalmente, en 1882, con la llegada de la madre fundadora y un grupo de religiosas, se constituyó la comunidad en el Asilo de San Carlos (en la zona de la Trinidad). Casi desde el principio, hasta bien mediado el siglo XX, en aquella casa no sólo ha habido hogar de acogida, sino que también había una clase para niñas externas y posteriormente escuelas dominicales para jóvenes trabajadoras. Siempre guiados por la pedagogía del amor. De hecho, las mismas jóvenes acogidas en nuestra primera casa comenzaron a llamarnos con el nombre de “Madre”, en muchos casos “mamá”; y así queremos ser buenas madres para ellos y verlos como nuestra familia. No somos sólo la “responsable del hogar”, queremos ser la “madre del hogar”.

Algunas de nosotras incluso tenemos “nietos” y somos llamadas “abuela” por los hijos de las jóvenes que un día acogimos en nuestros hogares».

Beatriz Lafuente

Licenciada en Periodismo e Historia. Casada desde 2011, es madre de un hijo.

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