Con una amplia participación de aproximadamente cuarenta personas entre voluntarios de cáritas y párrocos del arciprestazgo, pudieron observar cómo están apareciendo nuevos rostros en la bolsa de pobreza de nuestros pueblos.  La gente joven, el parado con familia a su cargo, los marginados del ritmo de la sociedad por cualquier causa o los sin techo están apareciendo en el mapa de las cáritas parroquiales desde donde se intenta, en colaboración con partidos políticos e Instituciones, dar respuestas eficaces y transformadoras.

Una jornada de franca fraternidad donde además del estudio de la realidad y del trabajo en grupos buscando respuestas lo más comunes posible, pudieron celebrar la fe y compartir la gastronomía de unos y otros.