El Sr. Obispo escribía en esta publicación, hace unas semanas, una carta a las personas que nos visitan para disfrutar de sus vacaciones.

En dicha carta afirmaba que el descanso veraniego era una “oportunidad para la aventura más apasionante”. Después de dar a todos “la bienvenida cordial en nombre de la Iglesia”, invitaba a un recorrido por Málaga para conocer los pueblos, no sólo los núcleos costeros, y gozar del “trato con sus gentes y el conocimiento de sus costumbres, que encierran una riqueza excepcional”. Eso es lo que les proponemos hoy, un recorrido por distintos pueblos del interior: Cártama, con su Ermita de la Virgen de los Remedios; el Valle de Abdalajís, donde nació la Beata Madre Petra; Archidona, Teba , Ronda y su Serranía, Genalguacil, y uno de los pueblos más bellos de nuestra Diócesis, Casares.

Esperemos que este paseo ayude también a hacer “turismo interior”.

Les proponemos un paseo por seis pueblos del interior de Málaga. Un turismo que ayude a hacer un camino interior, como nos decía Sr. Obispo: “ese noble ejercicio de observar, de pensar y de buscar la verdad más honda que llevamos dentro”.

Cártama

Salgo de Málaga y llego a Cártama. Me preparo para la subida a la Ermita. En el camino hago una parada, la subida es larga y tediosa, pero merece la pena encontrarme con la Virgen de los Remedios. ¡Qué descanso para el alma! “Virgen María, te ofrezco mi camino interior”. Agradecido, bajo al pueblo; Álvaro Carrasco, el párroco, me espera en la parroquia de S. Pedro Apóstol, recién restaurada.

Valle de Abdalajís

En el Valle de Abdalajís visito la residencia de ancianos de la Madre Petra. El día anterior llamé para avisar que visitaría la Casa. Este año se celebra el I centenario de la muerte de la fundadora. Me recreo en la Casa de la Madre, donde rezaba, donde sintió el amor de Dios y respondió. Me brota una oración de acción de gracias y petición.

Archidona

Llego a la parroquia de Sta. Ana, en Archidona. La amplia escalinata tiene la parada obligatoria del resuello y del asombroso giro de 90 grados para admirar la hermosa puerta de entrada. En el interior, me deleito con la preciosa talla del Cristo Crucificado, sus serenas facciones me llenan de paz. Me espera Jesús Pascual, el párroco, para que visitemos los conventos.

Teba

El Castillo de la Estrella brilla como un faro en la noche de Te b a , un pueblo que sorprende por la riqueza de su arquitectura de blancas casas apiñadas sobre el verde fondo de la vega. Visito la parroquia de la Sta. Cruz Real, del S. XVIII. En el interior, me sobrecoge la belleza: las columnas de mármol rojo, el retablo de estilo barroco, los frescos, las capillas. Me detengo en el Sagrario y descanso para charlar largo rato con el Amigo.

Genalguacil

Camino de Ronda, me adentro en la Serranía. Por las estribaciones de la Sierra Bermeja y hundido en el valle del Genal, un pequeño pueblo, Genalguacil, un auténtico museo al aire libre. Visitado por artistas que dejan sus obras como huellas de su sensibilidad. Rafael Rodríguez, el párroco, me espera en S. Pedro Mártir de Verona, del siglo XVII, para contarme cómo vive su gente.

Casares

¿Cómo expresar toda la hermosura que impregna Casares y su gente? Plazas, rincones, calles, templos, casas, son como pinceladas del Amor de Dios. Visito la antigua Iglesia de la Encarnación, el Convento del Llano. En la plaza de España, me espera Pedro Osorio, párroco, para visitar la Ermita de S. Sebastián. Dentro, la imagen de la Virgen del Rosario del Campo: “Gracias, Madre por esta experiencia de camino”.

Termino mi paseo por la playa de Casares contemplando el atardecer.