El programa “Experto en Aprendizaje, Valores y Liderazgo en centros educativos católicos no universitarios” puesto en marcha por Colegios Diocesanos-Fundación Victoria y San Pablo CEU ha cubierto todas sus plazas nada más ofertarse. ¿Cómo surgió la iniciativa de crear este nuevo título?

La iniciativa surgió de la necesidad de ofrecer una formación especializada y de calidad para los profesionales que trabajan en el ámbito de los centros educativos católicos no universitarios. Tanto el Instituto de Posgrado CEU como la Fundación Victoria compartimos una misión común de fortalecer la educación en valores y el liderazgo educativo desde una perspectiva social y cristiana sólida. Nos dimos cuenta de que, aunque los desafíos educativos son globales, los centros de titularidad católica requieren un enfoque más específico, tanto en lo pedagógico como en la gestión, y así nació este programa que aborda precisamente esas necesidades. La acogida confirma que este perfil profesional es muy demandado y valorado en el ámbito educativo católico.

¿Por qué hay tanta demanda de este perfil?

Responde a una confluencia de factores. En primer lugar, la creciente complejidad de la enseñanza en los centros católicos que requiere, además de habilidades pedagógicas, una profunda comprensión de la identidad y misión educativa de la Iglesia. Además, el liderazgo en estos centros exige una capacidad de gestión y vocación de entrega a los demás que vaya más allá de lo que habitualmente se enseña en otros programas de formación educativa. Es un perfil que equilibra liderazgo, valores y competencia profesional, lo que lo convierte en un recurso invaluable para las instituciones.

¿Qué importancia tiene la identidad en este ámbito profesional?

La identidad es clave en el ámbito educativo católico. Los centros católicos no solo buscan formar académicamente a sus estudiantes, sino también educar en valores, en una visión cristiana del mundo que influya en su desarrollo personal y ético. La identidad de la escuela católica y su misión están en el centro de todo lo que hacemos. Esto implica que los profesionales no solo enseñen contenidos académicos, sino que también sean ejemplos vivos de los valores cristianos, integrando fe y cultura en su labor diaria.

¿Qué debe distinguir a un profesor o directivo de centro católico de uno que no lo es?

La principal diferencia radica en la visión y el enfoque de su trabajo. En un centro católico, el profesor o directivo, además de la misión de enseñar o gestionar, ha de hacerlo desde una óptica vocacional, en la que el desarrollo integral de la persona, incluyendo su dimensión espiritual, es primordial. Además, los docentes y directivos en estos centros son agentes de pastoral, lo que significa que su labor educativa está profundamente conectada con la misión evangelizadora de la Iglesia. Se espera de ellos una implicación no solo profesional, sino también espiritual, liderando con el ejemplo en la fe.

La alianza CEU-Fundación Victoria tiene un sentido especial con la figura del cardenal Ángel Herrera como fondo. ¿Cómo lo viven?

Desde el CEU, la figura de Ángel Herrera es una referencia fundamental, primero como fundador; pero también como visionario de una educación católica comprometida con la sociedad. Esta alianza con la Fundación Victoria tiene un significado especial, ya que ambos compartimos ese legado de Herrera, que promueve una educación en valores y una preparación sólida de los profesionales que llevan adelante esta misión. Nos sentimos muy conectados con esa visión y estamos orgullosos de continuar su labor formando a las futuras generaciones de líderes educativos.

La buena acogida del curso, ¿abre las puertas a futuras ediciones o nuevas ofertas formativas?

Definitivamente, la excelente acogida del curso nos anima a seguir colaborando y explorar nuevas oportunidades. Este primer éxito nos permite vislumbrar futuras ediciones del programa y, quizás, la creación de otros formatos o cursos especializados que aborden áreas complementarias. Nuestra alianza con la Fundación Victoria es sólida y nos ofrece un marco ideal para seguir desarrollando propuestas formativas que respondan a las necesidades del ámbito educativo católico, tanto a nivel local como nacional.