El párroco Felipe Manuel Gallego y el seminarista Juan Hernández presentaron el Via Crucis y lo encaminaron desde la iglesia de la Veracruz. «Desde las 5 de la tardel el numeroso grupo de fieles se dirigió hasta la Ermita de El Calvario. Niños y adolescentes de los grupos de catequesis, catequistas, familiares y jóvenes dieron buen ejemplo de lo que es hacer oración en la calle con sentido y respeto», explican los catequistas. 

Los lectores de las estaciones fueron los propios chavales de los grupos de poscomunión, quienes «recordaron de forma especial a las personas más necesitadas, a los más desfavorecidos, a los que que viven hoy su camino a la cruz», añaden.

Tras el rezo del Via Crucis, los hermanos de la Cofradía del Huerto ofrecieron un rico chocolate a los participantes y así, «con fe y fraternidad, se ponía fín a una tarde de oración muy significativa».

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