NoticiaColaboración «Haremos cuanto podamos» Seminaristas y sacerdotes en la capilla del Seminario · Autor: A. MEDINA Publicado: 28/09/2014: 16741 Junto con los seminaristas teólogos de Málaga, en el Seminario, un grupo de sacerdotes hemos hecho ejercicios espirituales. Ver cómo los seminaristas hacían oración, vivían la liturgia, sonreían, se preocupaban de los curas mayores y guardaban silencio, ha sido, a nuestra edad, gratificante. Nuestro Seminario ya ha cumplido más de cuatrocientos años de vida y hubo un tiempo en que prestó un gran servicio a la Iglesia y a la sociedad, pues muchos niños y jóvenes pudieron estudiar gracias a él. Mas hoy, pasar unos días junto a los seminaristas mayores, una veintena de jóvenes que sueñan con servir a los hombres, con ayudarles, con ofrecerles el mayor regalo: el amor de Dios, ha sido para nosotros muy reconfortante. Ver cómo hacían oración, vivían la liturgia, sonreían, se preocupaban de los curas mayores y guardaban silencio, ha sido, a nuestra edad, gratificante. «El Señor sigue bendiciendo a su Iglesia», me dije. Y recordé aquel cuentecillo que debí leer en alguna parte: El sol del atardecer, a medida que se alejaba por el poniente, observaba preocupado que la tierra se iba vistiendo de negro. Así que, antes de desaparecer, sacó fuerzas de su cansancio y gritó: «¿No habrá nadie que me releve?» Y entonces, la frágil lámpara de barro, se levantó y gritó: «Maestro, vete en paz, se hará cuanto se pueda». Verdaderamente nuestros seminaristas han sido capaces de decir a Jesús: «Maestro, cuenta con nosotros, haremos cuanto podamos». Gracias.