El canónigo de la Catedral Francisco García Mota, que trabajó estrechamente con ella en el tiempo de su servicio como delegado diocesano de Enseñanza, ha valorado la figura de esta gran mujer, de la que destaca «en primer lugar, que ha sido una mujer de Iglesia, una mujer creyente y siempre muy cercana colaborando en la labor eclesial de una manera directa».

García Mota recuerda especialmente «la labor que hizo en las escuelas rurales. Fue con D. Angel Herrera una de las pioneras en dichas obras. Después hizo las oposiciones a inspectora de Enseñanza Primaria del Estado, pero continuó colaborando con la obra educativa de la diócesis. Ella nunca se despegó. Al contrario, colaboró mucho en la formación de los maestros rurales y siempre ha estado muy unida a ellos».

Asimismo, señala el canónigo, «fue muy cercana a su parroquia de los Santos Mártires, donde ha colaborado en Cáritas y en todas las obras parroquiales que se le presentaban. Verdaderamente ha sido una testigo de la fe».

La misa exequial se celebró el sábado 26, a las 11.30 horas.