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Agrupación de las Hermandades de Gloria (Catedral-Málaga)

Publicado: 17/10/2021: 2884

Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en la Eucaristía de la Agrupación de las Hermandades de Gloria celebrada en la Catedral de Málaga el 17 de octubre de 2021.

AGRUPACIÓN DE LAS HERMANDADES DE GLORIA

(Catedral-Málaga, 17 octubre 2021)

Lecturas: Is 53, 2-3.10-11; Sal 32, 4-5.18-20.22; Hb 4, 14-16; Mc 10, 35-45. (Domingo Ordinario XXIX – B)

1.- Como trasfondo y figura clave de las lecturas de este domingo está el cántico del Siervo de Yahveh del profeta Isaías (cf. Is 53, 2-11).

Este personaje, descrito por el profeta seiscientos años antes de su nacimiento, se refiere a Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios que se encarnó de la Virgen María.

Los pecados de toda la humanidad y los nuestros, por tanto, han desfigurado el rostro más bello que ha existido. El Siervo de Yaveh ha soportado el peso de nuestras culpas; ha asumido nuestras flaquezas; ha redimido nuestros pecados.

Por eso el profeta lo presenta como: «Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro» (Is 53, 3).

Pero este Jesús Nazareno es el Salvador del mundo y con la entrega de su vida en la cruz redime a la humanidad: «Por su conocimiento justificará mi Siervo a muchos y las culpas de ellos él soportará» (Is 53, 11).

2.- En el evangelio de hoy vemos que los apóstoles Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, le piden a Jesús: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda» (Mc 10, 37).

Jesús les pregunta: «¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?» (Mc 10, 38). Y ellos le dijeron: «Sí, podemos» (Mc 10, 39).

El seguimiento de Jesús implica ser capaces de dar la vida por él: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado» (Mc 10, 39). No resulta fácil ser cristiano, porque hay que ir contra corriente, como dice el papa Francisco (cf. Evangelii gaudium, 159; Amoris laetitia, 118). Las ideologías del mundo van contra los valores evangélicos.

El Siervo de Yaveh, Jesús Nazareno, tuvo que soportar los tormentos y la cruz por proclamar la verdad. ¡Cuánta necesidad tiene nuestra sociedad de proclamar la verdad! Hemos de saber discernir y ser muy críticos desde la luz del Evangelio, para descubrir la verdad.

A nosotros, queridos fieles, el Señor nos pide coherencia entre la fe y la vida, testimonio valeroso en nuestra sociedad increyente, profesión de la fe en los propios ambientes, transmisión de la luz de Cristo que apague las tinieblas del error y de la ceguera que vive nuestra sociedad.

No importa dónde nos toque sentarnos, después, en la otra vida, como respondió Jesús a los zebedeos: «Pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado» (Mc 10, 40). Lo importante es acoger la salvación que el Nazareno nos ha traído.

3.- Cuando los otros discípulos escucharon la pretensión de los dos hermanos Santiago y Juan se indignaron contra ellos (cf. Mc 10, 41). Jesús salió al paso de la discusión amonestándoles de no querer dominar y ser señores, sino de servir: «No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor» (Mc 10, 43).

¡Cuántas envidias hay en nuestros ambientes, en nuestras cofradías, en las familias, en las asociaciones, en los movimientos! Hemos de asimilar que debemos ser servidores, si queremos estar en el primer lugar.

En el reino de los cielos el más grande es el servidor de todos; así lo hizo Jesús: «Tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos» (Mc 10, 45).

Él debe ser nuestro maestro en el servicio; por eso: «el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos» (Mc 10, 44). Esta actitud no suele vivirse en nuestra sociedad; por tanto, hacerlo así es ir contra corriente.

4.- La Agrupación de Cofradías de Gloria, en el vigésimo aniversario de creación, venís hoy a celebrar vuestra fiesta, acompañados de la imagen de la Virgen de Araceli, cuya Cofradía celebra el Centenario de su fundación.

La cofradía filial de Málaga de María Santísima de Araceli, Patrona de Lucena y del Campo Andaluz, inició su andadura en 1920, cuando un grupo de lucentinos y devotos residentes en Málaga trajeron una imagen, procedente del Convento de Santa Clara de Lucena y crearon la hermandad, cuyos Estatutos fueron aprobados en 1923.

La advocación original romana, de donde proviene esta devoción, se titula “Altar del cielo”, cuya imagen trajo a Lucena (España) D. Luis Fernández de Córdova en 1562.

Pedimos a la Virgen de Araceli que nos haga “altares”, en los que ofrezcamos lo mejor de nuestra vida para mayor gloria de Dios y bien de los hermanos. ¡Que seamos “aras” o “altares” de cielo, que den gloria a Dios con la Virgen María! A todos los miembros de la Hermandad de Araceli os animo a vivir esta advocación mariana, ofreciéndose a Dios en sacrificio y en el servicio a los demás. Esta invitación va dirigida a todos los fieles.

5.- La carta a los Hebreos nos exhorta a mantener firme la fe que hemos recibido: «Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos - Jesús, el Hijo de Dios - mantengamos firmes la fe que profesamos» (Hb 4, 14).

Como cofrades y fieles cristianos se nos pide dar testimonio valiente de la fe, del amor y de la esperanza cristiana. Tenemos una misión muy importante en la sociedad, que consiste en hacerla mejor de lo que está, en poner luz en medio de tanta ceguera de mente, en poner esperanza entre tanto sufrimiento y desesperanza, en poner alegría en medio de tantas tristezas que embargan el corazón humano, en levantar la mirada hacia la eternidad cuando todos miran desde su miopía las cosas terrenas, en dar valor a lo espiritual ante el exagerado aprecio a los bienes materiales.

Tenemos a Jesucristo, el Sumo Sacerdote, que puede compadecerse de nuestras flaquezas, porque ha sido probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado (cf. Hb 4, 15).

6.- Este domingo iniciamos el “proceso sinodal” en todas las diócesis del mundo católico. En este tiempo pediremos por los buenos frutos de la Asamblea del Sínodo de los Obispos, que tendrá lugar en octubre de 2023 y que abordará el tema: «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión».

Pedimos la intercesión de la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Araceli, que hoy se procesiona, para que acompañe a todos los fieles en el camino de la vida hasta la eternidad. Amén.

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