NoticiaEntrevistas Rafael Carmona: «Respeto transparencia y responsabilidad» Rafael Carmona, diácono permanente y ecónomo diocesano Publicado: 24/07/2018: 18852 Rafael Carmona Estrada (Puente Genil-Córdoba, 1961) ha sido nombrado ecónomo diocesano por el Obispo de Málaga. Es audioprotesista y empresario. Casado y padre de dos hijos, recibió la ordenación como diácono permanente el 25 de junio de 2011, tras realizar sus estudios en la Facultad de Teología del Norte de España (Burgos) y la formación en el Seminario Diocesano de Málaga. Ahora asume el reto de la economía diocesana. ¿Cómo llega un empresario a diácono permanente? Soy la cuarta generación de una familia de Sochantres (director del coro de una iglesia en los oficios divinos), todos dedicados al servicio de la Iglesia desde 1861. Hace unos 20 años, siendo ministro extraordinario de la Comunión, me disponía a visitar a los enfermos. Al mirarlos a los ojos, en la enfermedad y el dolor, sentí la llamada del Señor. En ese momento cambió mi vida. ¿Qué significa para usted ser el nuevo ecónomo diocesano? Respeto, transparencia y responsabilidad. Al tiempo que agradecimiento y emoción por la confianza depositada por el Señor Obispo en mi humilde persona para este nuevo servicio a nuestra Diócesis. ¿Se puede evangelizar a través de la economía? Por supuesto. Únicamente somos administradores fieles de los bienes temporales de la Iglesia. Los pastores y los fieles cristianos no somos dueños de estos bienes, sino responsables de su uso como un servicio hecho con amor y fidelidad. ¿En qué tareas diocesanas ha servido como diácono permanente? En las parroquias de San Lázaro, Santa María de la Victoria y Corpus Christi y en la Delegación Diocesana de Liturgia. Desde 2015 soy diácono colaborador de las parroquias de los Santos Mártires Ciriaco y Paula y San Juan Bautista, en Málaga capital, y de la Santa Iglesia Catedral Basílica. Ha servido usted en diversas parroquias, ¿le sigue sorprendiendo a la gente que esté casado y tenga hijos? Muchas veces sí. Por lo cual, le expongo lo que es la figura de “un diácono en la Iglesia”. Por ende, servidores del pueblo de Dios. ¿Cuál es su acción de gracias a Dios en estos años de diaconado? Con la misma que comencé hace ahora ocho años y siempre recordando el Salmo 115: “¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?” ¿Cómo concilia vida familiar y servicio como diácono? ¿Es posible? Es sencillísimo. Solo se trata de poner al Señor en el centro de nuestra vida como Iglesia doméstica. Son 30 años de matrimonio con dos maravillosos hijos de 28 y 23 años. Tanto mi esposa Marta como yo concebimos el matrimonio y la familia como comunidad de fe, esperanza y caridad. Por eso le podemos llamar familia doméstica. Cuando Dios habita en una familia, la felicidad abunda en todos sus miembros.