SALUDO DEL OBISPO
EN LA LIBERACIÓN DEL PRESO
(Málaga, 1 abril 2015)

Dios, rico en misericordia

Durante toda la Cuaresma ha resonado en la liturgia de la Iglesia la llamada a la conversión; a sumergirnos en el misterio de la pasión y resurrección de Jesucristo; a volver al Señor de todo corazón (cf. Jl 2, 12). “Volver al Señor «de todo corazón» significa emprender el camino de una conversión no superficial y transitoria, sino un itinerario espiritual que concierne al lugar más íntimo de nuestra persona. En efecto, el corazón es la sede de nuestros sentimientos, el centro en el que maduran nuestras elecciones, nuestras actitudes. El «volved a mí de todo corazón» no sólo implica a cada persona, sino que también se extiende a toda la comunidad, es una convocatoria dirigida a todos” (Papa Francisco, Homilía en la Misa de Miércoles de Ceniza, 2015).

El Señor Jesús, Rico en misericordia, nos invita a todos y cada uno de nosotros a volver nuestra mirada hacia Él; a dejar aquello que nos aparta de su amor; a pedir perdón de nuestros pecados; y a gozar de su misericordia infinita. Cuando hacemos una obra buena deseamos ser estimados y gratificados. Pero cuando hacemos algo que no es correcto, debemos pedir perdón. Jesús, el Rico en misericordia, nos dice esta noche que tiene las manos abiertas para bendecirnos y para perdonarnos; y tiene el corazón abierto para que podamos participar de su amistad y de su amor.
Como signo de petición de perdón, rezamos ahora juntos la oración que el Señor nos enseñó: Padrenuestro.

+ Jesús Catalá, Obispo de Málaga