NoticiaEntrevistas Juan Serrano: «Nadie nos creía cuando empezamos a decir que de la droga se sale» Juan Serrano (primero de la izquierda), junto a D. Ramón Buxarráis y el padre Benito, en la bendición de los locales de CESMA, en 1986 Publicado: 11/01/2016: 15002 En 2015 se han cumplido 30 años del inicio de Proyecto Hombre en Málaga, de la mano de la Fundación Centro Español de Solidaridad de Málaga (CESMA). Juan Serrano, vicepresidente de dicha Fundación, cuyo presidente es el Obispo de Málaga, recuerda así los primeros pasos de la lucha contra la droga. Se acaban de cumplir 30 años de Proyecto Hombre. ¿Cómo fueron los inicios? En octubre de 1985, un sacerdote amigo me dijo que el entonces Obispo de Málaga, D. Ramón Buxarráis, estaba buscando a un par de personas que echaran una mano en un proyecto de atención a personas drogadictas. Yo trabajaba en un banco, pero le dije que sí y, a los pocos días, me llamó D. Ramón para darme las gracias por haber aceptado la propuesta y darme la fecha de la constitución de la Fundación. Recuerdo que una noche nos acercamos a Fuengirola y firmamos la escritura de constitución. Ese mismo día me nombraron presidente del Patronato de la Fundación. Don Ramón me dijo que de regreso a Málaga me explicaría en qué consistía la Fundación, pero estaban retransmitiendo un partido del Barça y ésa fue nuestra conversación (se ríe). ¿Fueron pioneros en Andalucía? Así es, el primer Programa de Andalucía. Después de aquella noche, comenzamos a organizar la Fundación, conocí al padre Benito, que era quien iba a asumir la dirección, y me explicaron en qué consistía el programa, que había fundado un sacerdote en Italia. Abrimos un centro de acogida en unos locales que el Ayuntamiento nos cedió, hasta que concluyeron la obra de unas oficinas que habíamos adquirido. Después, el Obispado nos cedió el edificio de Trayamar, en Algarrobo, y allí montamos la comunidad terapéutica. El programa tiene tres fases: acogida, comunidad terapéutica y reinserción. Para esta última etapa compramos un edificio cerca del Santuario de la Victoria. ¿Muchas dificultades en los comienzos? Al principio tuvimos muchos problemas económicos y además, como no se conocía Proyecto Hombre, las personas que lo necesitaban no acudían a él. Enviamos a varios terapeutas a formarse a Italia y, poco a poco, fuimos adquiriendo prestigio, se nos fue conociendo como un programa serio y útil. Cuando nosotros empezamos a decir que de la droga se podía salir, nadie se lo creía. En estos 30 años, la drogadicción y las adicciones han evolucionado mucho, ¿también Proyecto Hombre? Efectivamente, hemos creado nuevos programas que se adaptan a las nuevas adicciones. Al principio sólo teníamos chicos que tomaban heroína y la mayoría moría de sida, pues el contagio con jeringas era muy alto. En la actualidad hemos tratado a personas desde 12 años a 60. Y tenemos un programa incluso de adicciones a las nuevas tecnologías. En estos 30 años, hemos atendido a más de 20.000 niños y adolescentes en el programa de prevención. Y más de 12.000 personas han realizado los tratamientos de Proyecto Hombre. De ellos, casi 3.000 se han rehabilitado, parece un porcentaje pequeño, pero es una cifra muy importante pues son personas y familias las que hay detrás. Treinta años después, miro hacia atrás y veo a D. Ramón Buxarráis, alma del proyecto, que aunó las voluntades de varias personas y grupos para que esto fuese posible.