Pero la historia real va más allá de una simple vela que recorre países y hasta continentes sin apagarse. El objetivo es transmitir un mensaje que cale en los hogares, dicen sus impulsores. «Es una iniciativa nacida en Austria que, con la colaboración de scouts de diferentes países de Europa y otros continentes, llevan la Luz de la Paz encendida cada año por un niño o niña austriaco en la cueva del Nacimiento de Jesús en Belén a varios países. Lo hace en avión, en coche, ect, pero jamás se paga», explica Alejandra Vaquero, scout de San Estanislao.

El famoso candil acaparaba las miradas de los presentes tras ser procesionado antes por jóvenes católicos desde la iglesia del Sagrado Corazón. «Es un acto muy emotivo que se ha consolidado en Málaga y gusta a las familias. Hay que cuidar esta tradición y ensalzarla en esta fecha con un mensaje de paz, amor y esperanza», comentaba Laura López.

Como ella, otros tantos scout malagueños celebran ‘La Luz de Belén’ desde 2001 y en esta ocasión fueron a recoger la vela a Sevilla según informaron. Desde hoy se encargarán de distribuirla por parroquias, hogares particulaes, hospitales, residencias y asociaciones de todo tipo por la provincia y, después, Andalucía.  Cada persona que asistió a la ceremonia de la Catedral llevaba un pequeño candil que iban encendiendo los jóvenes con el mensaje de mantener hasta el final de la Navidad y extender la llama de la paz en el mundo. La primera ciudad española en llegar la Luz de Belén en 2013 fue Alicante, desde donde partieron numerosas delegaciones para distribuirla por todos los rincones de España.