Para acercarnos a este nuevo planteamiento pastoral nos apremia pedir al Señor con humildad sinceros y hondos deseos de conversión personal y eclesial al mandato misionero de Jesús: «Id y haced que todos los pueblos sean mis discípulos…» (Mt 28, 19). Nuestra Iglesia, que desde el Concilio Vaticano II se abrió a una renovación eclesial profunda, nos llama ahora a una urgente trasformación misionera a todos, nos dice el papa Francisco: «salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias existenciales» (EG,20).

Todos somos conscientes de las dificultades externas e internas que nos encontramos, el secularismo hecho raíces. Dejemos de vivir como si Dios, los demás y los pobres no existieran. Esta triple conversión es la clave imprescindible para una transformación misionera.

Es urgente que todos nos pongamos a remar en la misma dirección, necesitamos en este momento crucial aunar fuerzas.Vemos cómo la vida consagrada, las asociaciones y movimientos laicales, las comunidades parroquiales, los mismos sacerdotes vamos mermando en número y nos sentimos menos capaces para la evangelización. Por la unidad de la misión es necesaria una pastoral de conjunto con el aliento y la guía del pastor de la diócesis, nuestro Obispo. Cuando en el mosaico estemos todos bien situados se verá con más belleza el tesoro de la Iglesia Diocesana que es Cristo. Por tanto, estamos llamados como Iglesia particular a entrar en un proceso decidido de discernimiento, purificación y reforma (EG, 30). Ya que tantos hermanos nuestros viven sin la fuerza, la luz y el consuelo de la amistad con Jesucristo, sin una comunidad de fe que los contenga, sin un horizonte de sentido y de vida (EG,49).

Este dinamismo misionero se va a verificar, especialmente, en el seno de la red de parroquias, ellas son las células vivas de la Iglesia que se encarna en nuestros pueblos y barrios populosos. Necesitamos parroquias saliendo al encuentro del hombre de hoy, trabajando con esmero el primer anuncio, para luego acompañarle a hacer procesos de discipulado con una formación integral y permanente.

La Conferencia Episcopal Española en su reciente reflexión, quiere que el nuevo proyecto de la Acción Católica General se vaya consolidando en las diócesis y sea el cauce ordinario en las parroquias para generar desde la infancia a la vida adulta un laicado maduro para llevar a cabo la misión de la Iglesia.

Os invito a que participéis en la Jornada Interparroquial el próximo sábado 28 de octubre en el Seminario. Vendrá la Comisión Nacional para presentar la Acción Católica General a nuestras parroquias. Es necesario inscribirse enviando un email a: coordinadoraadultosinterparroq@gmail.com