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La familia, transmisora de fe

Publicado: 08/11/2012: 6624

•   Los agentes de pastoral familiar reflexionan sobre su papel evangelizador

Según las últimas encuestas, más del 50% de la juventud española no conoce a Jesús de Nazaret. ¿Dónde se habla de Jesús en nuestra sociedad? ¿Es la familia la verdadera transmisora de la fe? Éste y otros temas han sido los protagonistas del Encuentro de Pastoral Familiar que ha reunido en la Casa Diocesana de Espiritualidad a agentes de Pastoral Familiar de toda la diócesis. En el siguiente reportaje recogemos diversas experiencias y consejos.

«La familia es la primera y principal transmisora de la fe», lo afirma la Iglesia en múltiples documentos y encuentros de familia. 

El colegio y la parroquia son parte muy importante dentro de la educación y la transmisión de la fe a los niños y jóvenes. En el último congreso nacional de Pastoral Juvenil, se profundizó en el papel de los jóvenes como evangelizadores de los propios jóvenes. Ante el alarmante desarraigo cultural de los jóvenes, qué respuestas se dan desde la Iglesia, qué se ofrece a los jóvenes. Familias, profesores y sacerdotes de la diócesis nos explican algunas de sus experiencias para presentar a Dios a los más jóvenes.

Álvaro García es profesor en el Colegio San Manuel de Málaga, de las Hijas de la Caridad. Forma parte del equipo de pastoral y recomienda varios puntos importantes a la hora de hablar de Dios a los adolescentes: “Es posible que, partiendo desde nuestra propia experiencia, encontremos gran cantidad de palabras o ideas que nos ayuden a la evangelización entre los jóvenes. Algunos de estos términos podrían ser los siguientes:

- Interioridad, es una obligación para cualquier catequista/animador de jóvenes recuperar este espacio, perdido por el frenético ritmo de vida o por los continuos reclamos que el joven recibe.

- Comunidad. La necesidad de un grupo que acompañe en la Fe. Pero no debemos quedarnos sólo en compartir la Fe en Jesucristo, debe ser una comunidad de emociones, sentimientos, experiencias. En definitiva una comunidad de vida.

- Procesos pero con dos significados: uno hacia la idea del itinerario que se debe marcar en la formación del joven, una formación cristiana y de valores. Por otro lado proceso de maduración que debe ser respetado desde aquel que acompañe al joven, comprendiendo que su vida no siempre es lineal.

- Acompañamiento. Necesario y reclamado por aquellos que se encuentran en un momento de dudas, de búsqueda de su lugar y de su espacio. Debemos ayudarles a entender que también tienen un lugar dentro de la iglesia.

- Jesús de Nazaret. Presentarles su figura como Hijo de Dios y como hombre. Hacerles enamorarse de Él y que sea fuente de esperanza y de vocación cristiana”.

TESTIMONIO: "UNO MÁS EN LA FAMILIA". 

Salvador, Belén y sus hijos Irene y Eduardo: «Hablamos a nuestros hijos de Dios de una manera natural, sin artificios, como uno más de la familia. Reflexionamos sobre los hechos y actitudes en los que nos parecemos o dejamos de parecernos a Jesús, porque es nuestro referente. También es muy importante que descubran la mano de Dios en nuestras vidas. Él es un confidente con el que compartir la vida».

FAMILIA Y NUEVA EVANGELIZACIÓN 

Los obispos han hecho público un mensaje tras la Asamblea General del Sínodo de los obispos sobre la nueva evangelización, en la que dedican un capítulo a la familia. Extraemos unos fragmentos. Desde la primera evangelización, la transmisión de la fe, en el transcurso de las generaciones, ha encontrado un lugar natural en la familia (...). 

No escondemos el hecho de que hoy la familia, que se constituye con el matrimonio de un hombre y una mujer que los hace “una sola carne” (Mt 19,6) abierta a la vida, está atravesada por todas partes por factores de crisis, rodeada de modelos de vida que la penalizan, olvidada de las políticas de la sociedad, de la cual es célula fundamental, no siempre respetada en sus ritmos ni sostenida en sus esfuerzos por las propias comunidades eclesiales. Precisamente por esto, nos vemos impulsados a afirmar que tenemos que desarrollar un especial cuidado por la familia y por su misión en la sociedad y en la Iglesia, creando itinerarios específicos de acompañamiento antes y después del matrimonio. Queremos expresar nuestra gratitud a tantos esposos y familias cristianas que con su testimonio continúan mostrando al mundo una experiencia de comunión y de servicio que es semilla de una sociedad más fraterna y pacífica. 

La vida familiar es el primer lugar en el cual el Evangelio se encuentra con la vida ordinaria y muestra su capacidad de transformar las condiciones fundamentales de la existencia en el horizonte del amor. Pero no menos importante es, para el testimonio de la Iglesia, mostrar cómo esta vida en el tiempo se abre a una plenitud que va más allá de la historia de los hombres y que conduce a la comunión eterna con Dios (...).

Autor: Encarni Llamas

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