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Vélez-Málaga acogió a casi 1.000 jóvenes católicos

Publicado: 16/04/2018: 4603

El sábado 14 de abril se celebró en el municipio el XXXI Encuentro Diocesano de la Juventud, bajo el lema “Y tú, ¿te atreves a ser protagonista del cambio?”

Centenares de adolescentes y jóvenes de parroquias, colegios, movimientos, asociaciones y hermandades de Málaga y Melilla vivieron ayer en Vélez-Málaga una jornada de encuentro y convivencia en torno a su fe. Como explica el delegado diocesano de Juventud, Salvador Gil, «el objetivo era que los jóvenes se sientan llamados por Jesucristo a cambiar el mundo y sepan responder a esa llamada planteándose qué quiere Dios de ellos». Para eso, la jornada estuvo articulada en torno a momentos de catequesis, reflexión, oración y con el eje central de la celebración de la Eucaristía.

En esta ocasión, el lugar elegido para su celebración ha sido Vélez-Málaga. Para su alcalde, Antonio Moreno, es toda una satisfacción «contribuir a mejorar la religiosidad de los jóvenes. Observo en ellos un alejamiento de la Iglesia, quizás debido  a la imagen que transmiten los medios de comunicación y a que en la familia se ha reducido la transmisión de valores religiosos. Pero la Iglesia, como toda la sociedad, necesita de los jóvenes y estos encuentros posibilitan ese acercamiento».

El EDJ es una cita anual ineludible para los jóvenes. «Es un día de encuentro, de fraternidad, de compartir» explica María Arias, miembro de la Delegación de Infancia y Juventud y responsable del área que se encarga de su organización Tras la acogida, a las 9.30 horas, se llevó a cabo la presentación y la oración inicial. A continuación, los jóvenes se organizaron por talleres en las distintas parroquias de la localidad y a las 13.30 horas, el Obispo, D. Jesús Catalá, presidió la celebración de la Eucaristía en la plaza de la Constitución. En su homilía, les dijo: «Aunque no os comprendan, aunque os insulten, aunque os vituperen… no tengáis miedo. Porque tenemos la fuerza del Señor. ¡Queridos jóvenes, no tengáis miedo de seguir al Maestro!». Los jóvenes compartieron después el almuerzo, ambientado con el musical “Asís”, que se estrenará próximamente. La tarde se desarrolló en un tono más lúdico, con la actuación musical del cantautor malagueño Unai Kirós y el signo final, que llevó a los jóvenes, mediante un juego de pistas, hasta la zona de El Cerro. Allí recibieron la luz del Cirio Pascual en unos pequeños faroles que se repartieron por arciprestazgos como señal de Cristo resucitado. La idea es que la custodien hasta la próxima actividad, que los convocará en mayo en torno a la patrona de Málaga, la Virgen de la Victoria. El encuentro terminó con el rito de envío de los participantes, para que fueran a compartir en sus ambientes lo que habían vivido allí.

Para sus organizadores, estos encuentros dan siempre «fruto abundante de alegría y en ellos los jóvenes se contagian las ganas de seguir trabajando para dar a conocer a Jesús en sus ambientes», como reconoce Arias. Pero este año, de modo particular, el EDJ ha estado impregnado del peculiar sabor al Sínodo de los Jóvenes convocado por el Papa para octubre próximo, y en el que se invita a toda la Iglesia a escuchar la voz de los jóvenes y reflexionar sobre ellos. Por eso, los participantes han podido disfrutar de espacios donde expresarse libremente. «En los talleres, los jóvenes han podido hablar de lo que están viviendo y sintiendo como protagonistas del cambio que el papa Francisco está pidiendo a la Iglesia -explica Salvador Gil.- Se trataba de que ellos expresaran cómo pueden cambiar con Cristo la vida de nuestra sociedad y nuestra Iglesia. También expresaron a modo de petición a Dios sus deseos más profundos en los momentos de oración: la llamada que Dios les hace es a ser personas, cristianos auténticos y a la vocación concreta para cada uno. “Escucha” y “llamada” fueron los elementos que articularon esta cita, la simbiosis perfecta para ser protagonistas del cambio con Cristo».

La Delegación de Infancia y Juventud de la Diócesis de Málaga valora muy positivamente este encuentro, que se desarrolla dentro de un completo calendario de actividades que puede consultarse en juventud.diocesismalaga.es. El Sínodo de los Jóvenes contagia de algún modo toda la actividad de la Diócesis en este campo, y dos iniciativas nacidas en la Diócesis han sido presentadas en Roma en el proceso de preparación del mismo: Monte Horeb, para discernir la vocación a la vida religiosa, misionera, sacerdotal o familiar, y el Campo de Trabajo Lázaro, para favorecer experiencias de encuentro de los jóvenes con los excluidos de la sociedad: ancianos, personas sin hogar o enfermos de SIDA, entre otros.

Ana María Medina

Periodista de la diócesis de Málaga

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