DiócesisCartas Pastorales Mons. Dorado

Peregrinación diocesana a Roma (Visita Ad Limina)

Publicado: 20/04/1998: 803

Carta Pastoral de Mons. Dorado
con motivo de la
Visita "Ad Límina"

PEREGRINACION DIOCESANA A ROMA

Queridos diocesanos:

         Con profunda alegría os comunico la peregrinación de nuestra Diócesis a Roma, para realizar la Visita "Ad Límina". Es una visita que se realiza, cada cinco años, a los sepulcros de los Apóstoles San Pedro y San Pablo. Comenzará el día 1 de Julio y se prolongará hasta el día 8. Me corresponde presidirla como Obispo de Málaga, pues es una peregrinación que representa a todo el Pueblo de Dios que vive y camina en esta tierra: seglares, religiosos, sacerdotes y diáconos.


1. ¿POR QUÉ SE REALIZA ESTA VISITA A ROMA?

         Tiene una gran importancia y un significado muy esp-cial. La Diócesis es manifestación y presencia viva y operante de la Iglesia una, santa, católica y apostólica. Mediante esta visita tratamos de expresar que vivimos en comunión de fe, de amor y de esperanza con el centro de la unidad de la Iglesia que es la Diócesis de Roma, cuyo Obispo, sucesor de San Pedro, es el Papa.

         Esta comunión que deseamos expresar se vive de forma permanente. En la plegaria eucarística pedimos siempre a Dios por "nuestro Santo Padre el Papa, Juan Pablo"; y la primera de las "peticiones de los fieles" es por la Iglesia universal, por el Papa y por el Obispo de la Diócesis.

         Además, dicha comunión se manifiesta en la actitud de religiosa obediencia con que acogemos la enseñanza del santo Padre.

         Un signo también expresivo de la comunión es la limosna que la Diócesis entrega al Papa en distintas conmemoraciones, para que él la distribuya donde considere que hay más necesidad.

         Pero es necesario que esta comunión entre las Iglesias particulares y la Sede de Pedro, centro de la unidad de toda la Iglesia universal, resulte algo tangible para las comunidades diocesanas. Con tal fin, la Iglesia ha establecido que todas las Diócesis del mundo realicen lo que se llama la visita "Ad Límina". Es lo que ahora nos proponemos hacer nosotros, junto con las iglesias diocesanas de las Provincias Eclesiásticas de Sevilla y Granada.


2. ¿QUÉ HAREMOS EN ROMA?

  2.1. La visita a los sepulcros de San Pedro y San Pablo.

         Como os he dicho, rezaremos ante la tumba de los após-toles San Pedro y San Pablo. El primero está enterrado en la Basílica de San Pedro; y el apóstol de las gentes en la Basílica "de San Pablo extra muros", a las afueras de Roma, donde murió decapitado.

         Pedro y Pablo, los dos evangelizaron y sufrieron martirio en Roma. Para los cristianos de hoy constituyen un testimonio espléndido de lo que es el servicio apostólico. Los dos son fuente de la Tradición apostólica de la cual vivimos nosotros. Nuestras visitas a sus tumbas estarán llenas de gratitud a su esfuerzo evangelizador y a su fidelidad al Señor hasta el martirio.

         Pedro asumió, por voluntad del Señor, el encargo de ser Primado del Colegio apostólico, de los Doce. Así se desprende de las palabras que le dirigió Jesús: "Yo te digo: tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y el poder del abismo no la hará perecer" (Mt. 16,18). Ahora el Papa, como sucesor de Pedro, es el centro de la unidad de toda la Iglesia y el garante de la apostolicidad de la fe que confesamos.

         Pablo, llamado a ser apóstol, fue el que anunció el Evangelio de forma especial a los no judíos, llamados "gentiles", y por lo que se le denomina el "apóstol de las gentes". Estuvo siempre atento a las enseñanzas de Pedro, a quien acudió para que le confirmara en la fe y para asegurarse de que no predicaba en vano.

         ¡Es como volver a las fuentes de nuestra fe! Fe que es apostólica, porque está edificada sobre el cimiento de los apóstoles y está en perfecta sintonía con la fe que ellos anunciaron. Emociona confesarla y recitarla ahora ante la tumba de San Pedro y de San Pablo.

 
  2.2. La visita al Papa Juan Pablo II.

        Un acto muy especial de esta peregrinación es la visita que nuestra Iglesia particular, representada por todos los que acudamos como peregrinos, hará al Santo Padre. De esta manera queremos expresarle nuestro afecto, agradecerle su testimonio de entrega en el servicio apostólico y acoger su enseñanza. Cuanto tenga a bien decir a nuestra iglesia nos servirá luego de estímulo para recorrer "el camino de la Iglesia de Málaga hacia el Tercer Milenio", como proclamamos en el Proyecto Pastoral Diocesano. Nuestra fidelidad a sus enseñanzas será la mejor expresión de la profunda gratitud y comunión con él.

         También aprovecharemos esta oportunidad para reavivar, ante el Obispo de Roma, el sentido universal de la iglesia malacitana. Somos el Pueblo de Dios que peregrina en Málaga, y esta-mos abiertos a todas las dimensiones y necesidades de las distintas iglesias diseminadas por el mundo.

         Al mismo tiempo que le comunicamos nuestra permanente oración por él y por sus intenciones, le pediremos que rece por nosotros para que seamos evangelizadores convincentes, vivamos mejor la entrañable comunión eclesial y trabajemos sin descanso por el avance de la formación permanente, tema al que el Papa se ha referido con frecuencia. 

         Y finalmente rezaremos con él, para poner de manifiesto la comunión eclesial y el afecto sincero que le tenemos todos.


  2.3. Mi especial quehacer durante la visita.

         Como obispo, seré recibido en audiencia personal por el Santo Padre. Este encuentro es un don de Dios muy especial, porque en la conversación fraterna se actualizan aquellas pala-bras de Jesús, dirigidas a Pedro: "Y tú, confirma a tus hermanos en la fe" (Lc. 22, 32)

         El Papa habrá recibido, en su día, un amplio informe que le hemos remitido nosotros y que describe la realidad sociológica de Málaga y nuestro presente como Iglesia diocesana. De-seamos pueda tener una idea lo más exacta posible de nosotros: forma de trabajar pastoralmente, movimientos apostólicos, asociaciones diversas, número de sacerdotes y diáconos, congregaciones religiosas presentes en la Diócesis, situación y funcionamiento del Seminario. En una palabra, nuestras preocupaciones y nuestras alegrías, nuestros problemas y la respuesta que estamos dando, nuestras carencias y nuestra riqueza.

         El Papa se interesa personalmente, en cuanto le es posible, y por medio de las distintas Congregaciones Romanas, por todas las realidades apostólicas que figuran en el informe. A partir de ellas, ofrece su consejo y su palabra de aliento.

         Por mi parte, he de visitar también las diversas Congregaciones que han recibido nuestros informes. Además, presidiré los distintos actos que realice en Roma la representación de nuestra Iglesia diocesana. Entre ellos, las diversas celebraciones litúrgicas en las Basílicas. Así disfrutaré de la posibilidad de convivir con los peregrinos que representan a la Diócesis y de hacer presente a los apóstoles Pedro y Pablo las intenciones de todos los que desde Málaga se unen espiritualmente a la visi-ta.


3. TODOS DEBEMOS VIVIR LA VISITA "AD LIMINA".

         En primer lugar, os pido que oréis a Dios para que la Visita "Ad Límina", como "gracia" suya que es, nos siga impulsa-do a vivir con fidelidad el Evangelio y a intensificar nuestra entrega apostólica.

         También os invito a que os animéis a integrar el grupo de católicos malagueños que representarán a la comunidad diocesana. Espero que podáis participar numerosos seglares, junto con algunos sacerdotes, diáconos y religiosos.

         Seguramente sois numerosos los sacerdotes que dese-ríais participar en esta peregrinación y, por diversos motivos, no vais a poder. Pero sí que está a vuestro alcance promover, entre vuestros feligreses, la participación en este acto de la Iglesia diocesana, que tiene tan honda significación eclesial. La Delegación Diocesana de Peregrinaciones está preparando ya el viaje y pronto os hará llegar la información necesaria.

         Finalmente os ruego a todos que os incorporéis espiritualmente a esta Visita a la Sede de los Apóstoles Pedro y Pablo, y recéis para que produzca frutos abundantes en nuestra Diócesis de Málaga.

         La Visita "Ad Límina" es una ocasión privilegiada para que nos sintamos miembros fieles de la Iglesia del Señor; para que potenciemos nuestra pertenencia a la Iglesia y, desde ella, renovemos la ilusión y la alegría por haber creído en el Señor Jesucristo.

+ Antonio Dorado,
Obispo de Málaga.

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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