DiócesisCartas Pastorales Mons. Dorado

La mar nuestra, de cada día...

Publicado: 16/07/1997: 1035

Pastoral de Mons. Dorado con motivo de la
Festividad de la Virgen del Carmen

El día 16 de Julio, los pueblos de la costa se engalanan para honrar a nuestra Señora del Carmen, Madre y Patrona de las gentes de la mar. Y también ese día, al amparo de esta fiesta mariana, celebramos los cristianos el Día de los hombres del Mar: una jornada de solidaridad con estos hermanos, cuya vida diaria tiene características y problemas muy específicos.

El voluntariado del Apostolado del Mar, en un cursillo reciente, ha analizado algunos aspectos particulares de estos hombres y de sus familias: el trabajo en precario, la dureza del mismo y los riesgos que conlleva; las prolongadas ausencias del hogar y su repercusión sobre la vida de familia y el desarrollo de los hijos. Otras veces, son trabajadores que proceden de otros países y necesitan información y apoyo para solventar asuntos de la vida diaria. Son problemas humanos importantes, y los miembros del Apostolado del Mar tratan de buscar respuestas adecuadas, frecuentemente en colaboración con otras asociaciones.

También desde el punto de vista de la práctica religiosa resulta necesaria una forma especial de presencia de la Iglesia. Y no sólo debemos alegrarnos de que un grupo de personas animosas estén tratando de encontrar nuevos cauces para la tarea evangelizadora en este importante sector pastoral de nuestra Diócesis, sino que debemos apoyarlas. Especialmente, en todas las parroquias de la costa, en las que haya una presencia significativa de hombres que trabajan en la mar. Son ellos, los cristianos seglares que pertenecen a este sector, quienes mejor pueden informarnos y asesorarnos.   

Las propuestas que actualmente ofrecen son tan sugerentes como variadas: desde conseguir un puesto de socorro allí donde se considera que es necesario, hasta montar una cooperativa de acuicultura; desde organizar una escuela de verano para que los hijos de los pescadores recuperen asignaturas pedientes a crear talleres y cursos para la promoción de la mujer marinera. Pero también desarrollan actividades más silenciosas y personalizadas, como celebrar la santa misa en el barco o poner en contacto con su Iglesia o su mezquita a una persona que profesa otras creencias.

Nuestra Señora del Carmen, tan venerada y amada por estos hombres y mujeres, los pone hoy ante nuestra mirada como puso ante la mirada de su Hijo, en Caná, a una joven pareja que necesitaba ayuda. En realidad, son ellos quienes han tratado de abrir nuevos caminos para vivir y predicar la fe, y nos invitan a unirnos a su esfuerzo y a su apasionante tarea, de la mano de María.

+ Antonio Dorado,
Obispo de Málaga.

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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