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V Encuentro Mundial de las Familias, un punto de partida

Publicado: 30/07/2006: 1146

Más de dos mil católicos de nuestra diócesis hemos peregrinado a Valencia para participar en el V Encuentro Mundial de las Familias. Hemos compartido una profunda experiencia de fe con miles de familias llegadas de todo el mundo. Otros muchos miles, más bien millones, han seguido y habéis seguido este acontecimiento en los medios de comunicación. Ahora, con ayuda de la parábola del sembrador, podemos decir que Dios ha sido generoso y ha sembrado a manos llenas; y nos toca a cada uno de nosotros ver qué clase de tierra somos y en qué medida vamos a colaborar para que se produzca una cosecha abundante.

La mayoría de los comentaristas, creyentes y no creyentes, han visto, en la figura y en las palabras del Papa Benedicto, un signo de cercanía y de lucidez. Les ha llamado la atención su presentación positiva de la doctrina de la Iglesia, su capacidad de diálogo, su sabiduría para comunicar con alegría y esperanza el Evangelio de la familia. Los que imaginaban que venía como un censor trasnochado, se han visto muy sorprendidos por ese hombre de Dios sabio, sencillo, delicado y bondadoso que es Benedicto XVI. Otros han resaltado los aciertos de la organización y la masiva presencia de familias. También yo participo de una visión positiva de este acontecimiento eclesial, pero no nos debemos  conformar con las experiencias vividas y con el buen sabor de boca que nos han dejado.

Para nosotros, ha sido un nuevo impulso y no podemos olvidar que su objetivo ha sido la transmisión de la fe en la familia. Se trata de una tarea que hay que continuar con la confianza puesta en Dios. Es mucho lo que podemos hacer. Para empezar, están a nuestro alcance los discursos y la homilía del Papa. En especial, el que entregó firmado a los Obispos, el de la Vigilia del sábado y la homilía de la Misa con la que se clausuró el Encuentro. Pueden constituir un excelente material de estudio y oracióón para grupos parroquiales de familias. Basta con elaborar unos cuestionarios sencillos y profundizar sin prisa en asuntos tales como el sentido del hombre, qué significa la afirmación de que fue creado a imagen y semejanza de Dios, qué es el sacramento del matrimonio, de qué estamos hablando cuando decimos familia y por qué se la considera tan importante para el desarrollo de la persona y el progreso de los pueblos. La manera sencilla en que nos ha presentado estos temas Benedicto XVI no nos debe llevar a un estudio superficial y rápido de los mismos.

Por otra parte, es necesario que sigamos profundizando en la transmisión de la fe en la familia. Estoy seguro de que los expertos y participantes han aportado sugerencias muy valiosas en el Congreso que se ha celebrado durante este V Encuentro, pero la sabiduría de nuestras familias tiene también mucho que decir a este propósito. No basta, pues, con leer y analizar las conclusiones del Congreso, sino que hay que nos debemos implicar personalmente en esta cuestión de tanta actualidad: la transmisión de la fe en la familia. Y tenemos que hacerlo con el estilo del Papa: no a contracorriente de lo que los demás hacen y dicen, sino de manera positiva y dialogante, convencidos de que tenemos el Evangelio, la mejor noticia sobre la familia, y de que el Señor camina con nosotros.

+ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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