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Buscad el rostro de Dios vivo

Publicado: 21/05/2005: 1181

Fiesta de la Stma. Trinidad

Celebramos hoy la fiesta de la Santísima Trinidad. La Iglesia nos invita a buscar el rostro de Dios vivo y a permitir que su amor irrumpa en nuestra existencia y la redima desde dentro. Es verdad que atravesamos una especie de desierto espiritual y que hasta la palabra "Dios" ha perdido relevancia y poder de provocación para muchos. Sin embargo, pienso que Dios es nuestro tesoro y lo más valioso y original que podemos ofrecer al hombre del siglo XXI, conscientes de que a la crisis de Dios, sólo se responde verdaderamente con la pasión por Dios.

Las personas que han encontrado a Dios reflejan ese "algo misterioso" que las hace diferentes, porque tienen en lo más hondo del alma una fuente oculta de vida, de sentido, de libertad, de belleza y de bondad que las distingue. Lo que realmente llama la atención en los hombres de Dios no es su sabiduría ni su compromiso por la justicia ni su entrega generosa a los más pobres, sino esa huella divina que translucen toda su vida y sus actitudes. Dicha huella los hace ser diferentes, dentro de su gran humanidad y de su cercanía cálida, y es el motivo último de que los santos terminen por ser dignos de admiración y de cariño para todos.

Y es que, como dijo Pablo VI al clausurar el Vaticano II, "el hombre, cuando se esfuerza en fijar en Dios su corazón y su mente, realiza en dicha contemplación el acto espiritual que debe ser considerado como el más noble y perfecto de todos; un acto que, también en nuestro tiempo, debe jerarquizar los innumerables campos de la actividad humana". Porque Dios no nos aleja del mundo, con sus conquistas admirables y con sus graves problemas, sino que nos enseña a mirarlo con amor y da profundidad a nuestra mirada. A la luz de Dios resplandece toda la grandeza del hombre, mientras que cuando se desliga de ÉL, se reduce a un ser contradictorio, cuya existencia carece de hondura, de metas, de justificación y de sentido.

Precisamente por eso, en la fiesta de la Santísima Trinidad la Iglesia celebra la Jornada de los Religiosos y Religiosas Contemplativas. Quiere llamar la atención sobre estos hermanos que, con una vida elocuentemente silenciosa, nos recuerdan la primacía de Dios y la necesidad de la oracióón. Y perdonad que insista en la oracióón, pero es que cuando enmudece o se debilita, la experiencia de Dios se enfría y la proclamación del Evangelio deja de ser alegre y contagiosa. Sin advertirlo, deja de ser la Buena Nueva que nos libera y alegra nuestra existencia y se reduce a una ética y a unos ritos sin vida.

Sólo el trato sosegado y asiduo con el Señor nos permite descubrirnos envueltos por su amor incondicional y reavivar nuestra confianza en ÉL. La contemplación gozosa de la Bondad y de la Belleza divinas, que llamamos oracióón, nos permiten advertir que este mundo es bueno, porque ha sido creado por Dios; y que el hombre, a pesar de sus limitaciones y pecados, lleva en lo más profundo del alma unos anhelos insaciables que le permiten abrir su corazón al Misterio. Ese Misterio Divino que se nos ha revelado en Jesucristo y que los cristianos adoramos cada vez que iniciamos nuestras actividades y nuestros rezos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

✝ Antonio Dorado Soto,
Obispo de Málaga

Diócesis Málaga

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