NoticiaConoce la Catedral Uno y Trino Publicado: 17/05/2024: 3463 Para plasmar el misterio de Dios, uno y trino, dogma principalísimo de nuestra fe, la iconografía cristiana ha pergeñado variadas tipologías, imponiéndose la versión humanada, como vemos en la vidriera de la capilla del Pilar de la Catedral. En ella podemos contemplar a Dios Padre como un venerable anciano para simbolizar su antigüedad y eternidad, tal y como contemplara el profeta Daniel en su visión (7, 9-10). Le acompaña Cristo entronizado a su diestra como Él mismo dijera a Pilatos (Mateo, 26, 64); o contemplara San Esteban en su martirio (Hechos, 7, 55). Y, por último, la paloma sobrevolando sus cabezas, personificación del Espíritu Santo que, además de estar justificada por su aparición en pasajes como los del Bautismo de Jesús o Pentecostés, aporta la conducta de esta avecilla aplicable a la que es propia de la tercera persona de la Trinidad: es humilde y fecunda, antagónica a las aves de rapiña, o sea al mal; vuela en compañía de otras, simbolizando la concordia y la paz; reside sobre las corrientes de agua, imagen del espejo de la gracia; y alimenta y cría a los polluelos ajenos como si fueran suyos, al igual que procede la infinita misericordia de Dios. En la vidriera catedralicia, Padre e Hijo están coronados y portan cetro y globos, para expresar cómo el poder divino alcanza a todo el universo. Se trata de una obra creada en el siglo XX por el taller alemán de la Casa Mayer, con vidrios emplomados y soplados de variados colores. Alberto Palomo