Noticia CONFERENCIAS DE SAN VICENTE DE PAÚL: «Comunidades que extienden la caridad a los más necesitados» Alfonso Reyes Romero junto a su esposa, María Paula Publicado: 30/06/2020: 18888 IGLESIA EN SALIDA Las Conferencias de San Vicente de Paúl son comunidades de fe y amor que crean lazos de fraternidad entre sus miembros y se extienden por el mundo, en caridad a los más necesitados. Están compuestas por personas que buscan vivir su fe amando y dedicándose a sus prójimos necesitados. Sus objetivos fundamentales son, por tanto: la formación, el crecimiento espiritual, la fraternidad de las personas que lo componen, y la ayuda a las personas más necesitadas. Existen desde 1833 y, en la actualidad, están presentes en 151 países del mundo, estimándose que el número de sus socios alcanza los 800.000. En Málaga, tras un período en que dejaron de estar presentes, las Conferencias han vuelto a resurgir con fuerza. Una de ellas es la “Conferencia Gálvez Ginachero”. Esta Conferencia, compartiendo los valores evangélicos que acentuaron san Vicente de Paúl (s. XVII) y el beato Federico Ozanam (s. XIX), se inspira particularmente en el carisma de servicio y entrega en el ámbito sanitario que caracterizó al Dr. Gálvez Ginachero. Por ello, el carácter tremendamente práctico del Dr. Gálvez; la alternancia oración-acción, siempre presente en su día a día; su preferencia por los más desfavorecidos; su preocupación constante por la asistencia espiritual y humana de los enfermos; y su espíritu profundamente eclesial, siempre al servicio de la Diócesis de Málagason las pautas en las que intentan basarse los socios de la “Conferencia Gálvez Ginachero”. Cada Conferencia se orienta a intentar atender algún fin concreto, según la necesidad que se vea más acuciante. La Conferencia Gálvez Ginachero está orientada especialmente al acompañamiento de los enfermos y sus familiares. «Como se ha demostrado con la pandemia, una persona no solo necesita estar perfectamente atendida materialmente, sino contar con el calor humano que todos necesitamos, especialmente en esos momentos de fragilidad. Para ello, durante este confinamiento, y hasta que se restablezca la normalidad y podamos recuperar el contacto presencial, hemos puesto en marcha algunas iniciativas con los capellanes sanitarios, como adquirir tablets para que los ancianos enfermos de coronavirus pudieran contactar cada día con sus hijos de los que se hallaban separados; o gestos tan sencillos pero significativos como proporcionar botellas de agua mineral a los contagiados, ya que sus familiares no podían prestarles esa mínima asistencia por la cuestión del aislamiento. Estas iniciativas u otras similares –conversaciones telefónicas con los enfermos o sus parientes, etc.- que nuestra Conferencia y otras asociaciones han puesto en marcha son fundamentales para llevar unas gotas de amor a un mundo a veces tan deshumanizado», explica Francisco García Villalobos, miembro de la Conferencia Gálvez Ginachero. Para más información, escribir a: galvezginachero@ssvp.es TESTIMONIO DE ALFONSO REYES ROMERO, Presidente de la Conferencia Gálvez Ginachero Aquí puedes escuchar el testimonio de Alfonso en COPE Málaga Es una difícil tarea, de ahí que tenga que surgir de una forma vocacional y con una entrega incondicional, para acercarnos a nuestros hermanos en esos difíciles momentos, que en muchas ocasiones atraviesan por una gran soledad y muchas veces sin apego familiar, tan necesario en esas circunstancias. Debemos acercarnos a ellos con humildad, con respeto, con comprensión, pero sobre todo con mucho amor. En ningún caso podemos hacer juicios de sus actitudes ni de la forma de actuar de sus familiares, nosotros tenemos que estar expectantes a las carencias que más acusadas tengan en ese tramo de su vida, en la mayoría de las ocasiones, son carencias emocionales, falta de cariño, de que alguien los escuche, les dedique unos minutos de atención, que no se sientan arrinconados como si ya fueran un estorbo para nuestra sociedad, todos queremos que se nos tenga en cuenta, mucho más cuando nos encontramos indefensos por la enfermedad o por el deterioro físico de la edad. En muchas ocasiones tendremos que ocupar el lugar de esos hijos que no han tenido, o que por circunstancias diversas no se encuentren a su lado, seremos como padres, si digo bien, cuando una persona está al final del camino, se vuelve más frágil, más indefensa, tiene la necesidad de sentirse protegida, percibir ese calor humano, que no hay fármacos ni terapias que lo sustituyan. Seremos su paño de lágrimas, pero siempre desde el respeto sin hurgar en su dolor, en su soledad, ayudándoles a compartir esa carga, ese dolor físico o del alma, para que así ellos se sientan aliviados, protegidos, comprendidos, queridos, en resumen acompañados durante su duro caminar, en ese tramo tan difícil de nuestras vidas, ni que decir tiene que en ningún momento tenemos que hacer distinciones por motivos de raza, religión, ideologías, tenemos que intentar siempre ser lo más fieles posible al mensaje de nuestro creador, todos somos hermanos y creados por un mismo Dios.