Como director de la tesis de Ángel Nuño podría destacar su esfuerzo investigador, la lógica que mantiene en la exposición, la arquitectura del trabajo, la cuidada redacción... Pero me parece más interesante destacar otros tres aspectos.

Ante todo da a conocer el intenso trabajo realizado por una congregación para desarrollar la recepción del Vaticano II en un proceso ejemplar de conversión pastoral y misionera en tiempos especialmente intensos.

Ello ha sido realizado por un laico padre de familia que, más allá de su trabajo profesional, vive hondamente el gusto de la teología, alimentado por el carisma oblato como expresión del amor a la Iglesia y a su misión. Desde este trabajo podrá iluminar y acompañar a las iglesias concretas, a las diócesis, para afrontar su conversión pastoral y misionera con fidelidad a las circunstancias históricas y con apertura a las necesidades de la evangelización del mundo entero.