Estrella Molina Muñoz, feligresa de esta parroquia, explica que vivieron «una experiencia inolvidable. Comenzamos en la iglesia, donde el párroco nos envió a la pergrinación. Hicimos el camino entre cantos e ilusión por llegar a la Ermita, desconocida por la mayoría de los pequeños. Allí, en la capilla, nos esperaba nuestra Madre Inmaculada, que con cariño nos acogió y nosotros le dimos gracias por llegar sin incidencias. La jornada discurrió con diferentes actos educativos, lúdicos y deportivos, organizados por el párroco y el joven profesor de deportes del colegio. Ya en la Ermita, el P. Marcel nos ofreció una catequesis muy emotiva. Después compartimos el almuerzo y, antes de marcharnos, las antiguas alumnas de la escuela rural del Albaicín obsequiaron a los niños con una exquisita merienda.
Nos despedimos de la Virgen con el rezo y el canto del Mes de María y, muy contentos, volvimos a casa con deseos de repetir la experiencia. ¡Gracias Padre Marcel, por su entrega, cariño y disponibilidad con nosotros y con todo el pueblo!».