NoticiaStma. Virgen «Ella es Reina por su divina maternidad» Publicado: 12/09/2015: 12392 El 12 de septiembre, fiesta del Santísimo Nombre de María, tuvo lugar la Coronación Canónica de la imagen de la Virgen del Rocío en la Catedral de Málaga. En la homilía, el Sr. Obispo, Mons. Catalá, afirmaba que «coronar una imagen de María implica aceptarla como Reina de cielos y tierra, y acogerla en nuestro corazón como Madre y Maestra. Ella es Reina por su divina maternidad. Es Madre del Hijo de Dios y madre nuestra; su realeza deriva de Cristo, Rey del universo, y Ella es Madre del Rey invicto». D. Jesús Catalá explicó la historia de la vida de la Real, Ilustre y Venerable Hermandad Sacramental de Nuestro Padre Jesús Nazareno de los Pasos en el Monte Calvario y María Santísima del Rocío, así como el proceso vivido en dicha Hermandad desde que en 2006 solicitara al obispado la concesión de la coronación canónica de la imagen de María Santísima del Rocío, hasta que en 2012 «acepté, como obispo de Málaga, tal petición, proponiéndoos un programa a realizar y un camino a recorrer, que, gracias a Dios y con la ayuda de la Virgen, habéis llevado a cabo de modo responsable con firmeza y tesón. ¡Enhorabuena y felicidades por este camino recorrido!», afirmaba el prelado. «Contemplad su imagen, queridos cofrades y devotos todos: su cabeza, inclinada ligeramente hacia sus hijos que la contemplan. Ella quiere escucharos, quiere atenderos, quiere oír vuestras peticiones; quiere oír vuestros piropos, vuestras dulces palabras de hijos, ¡decídselas! Su vestido, blanco como la nieve; su cuerpo, envuelto en cándida belleza como una gota de rocío; engalanada con el traje de salvación y envuelta en un manto de justicia (cf. Is 61,10); sus manos tendidas hacia nosotros con maternal solicitud, para ofrecernos lo más preciado: a su Hijo Jesucristo. Esta hermosa imagen recibirá hoy una corona preciosa de doce estrellas», así describía D. Jesús Catalá la imagen mariana. Y concluía con estas palabras: «Queridos cofrades y devotos de la Virgen del Rocío, manteneos firmes en la fe, en la esperanza y en la caridad, de la mano de María Santísima, para poder compartir un día, con Ella, la victoria de su Hijo y conseguir también la corona de gloria, que no se marchita (cf. 1 Pe 5, 4). Hoy coronamos a la Virgen con una corona material; pero Ella ya está coronada en los cielos por la Trinidad con una corona de gloria inmarcesible. También nosotros queremos participar de esa corona de gloria, cuando el Señor nos llame junto a Él». Texto íntegro de la homilía de Monseñor Catalá.