-¿Qué sintió cuando le propusieron que predicara la novena a la Virgen de la Victoria, patrona de Málaga y su Diócesis?

-Lo primero que experimenté fue sorpresa, porque no me lo esperaba. Cuando vinieron a visitarme el hermano mayor y varios miembros de la Hermandad, sentí, por un lado, un sentimiento de gratitud y, por otro lado, de preocupación, porque es bastante responsabilidad.

-¿Qué significa para usted predicar a la Virgen de la Victoria?

-Es la Patrona de Málaga, a la que los malagueños le tienen una gran devoción. Predicar a la Virgen es muy singular porque es hablar de la madre de Jesús, que ha hecho posible con su Sí la salvación, es hablar de su cercanía... Cuando pienso en toda la gente que se acerca a la Catedral siento mucho respeto. Ahora mismo, mi primera preocupación es que sea una ayuda para acrecentar la experiencia de la fe, acrecentar el amor a la Virgen, y acoger la exhortación del papa Francisco, en la que nos pide a todo el mundo que metamos el hombro para ponerla en práctica. Algunos días pienso, ¿cómo se me ocurrió decir que sí tan pronto? (se ríe).

-Hablar de la Virgen es hablar de una Madre. ¿Le ha recordado este encargo a su niñez?

-De niño he tenido muy buena memoria, aunque la esté perdiendo con la edad, y junto con Margarita, otra niña de mi pueblo (Churriana), recitamos en clase todas las poesías que existían a la Virgen (se ríe). Siempre he estado muy vinculado, como es una tradición en nuestro ambiente andaluz, a la presencia maternal de la Virgen. Recuerdo de la infancia la participación en el mes de mayo, que hacíamos todos los días, los sábados dedicados a María... Además, tuve un maestro que había sido alumno de los Salesianos y que nos inculcó el amor a María Auxiliadora. Yo creo que, antes de conocer a la Virgen, conocí a María Auxiliadora.

-¿Es posible resumir a María en nueve días?

-La verdad es que, para mí, el problema es el contrario. Hay mucho magisterio escrito, y muy bien escrito, sobre la Virgen. Pero yo soy biblista y mi planteamiento es: ¿cómo puedo predicar, sin salirme de la Palabra de Dios, durante nueve días? Pues los textos de la Sagrada Escritura respecto a la Virgen María son pocos y muy austeros. Mi preocupación, por tanto, es que de la Virgen se puede decir mucho y en nueve días es difícil decirlo todo, pero a mí me gustaría montar una predicación fundamentalmente bíblica porque las homilías deben ser un puente entre la Palabra de Dios y las personas que la están oyendo. La cuestión entonces es cómo hacer algo que ayude realmente, partiendo de la Palabra de Dios, sin ser reiterativo. No me gustaría centrarme sólo en dar la doctrina, sino hacerlo desde la Palabra de Dios, que es lo que acontece en la celebración litúrgica.

-Nos vemos en la Catedral, del 30 de agosto al 7 de septiembre, a las 19.30 horas.

-Si Dios quiere, con la ayuda del Señor y la oración de la gente, ojalá que contribuya a acrecentar el amor a la Virgen y, desde ese amor, a la evangelización, a salir fuera para anunciar el Evangelio y preocuparnos más de los pobres, que son el“leit motiv” que más acentúa el Papa.