NoticiaPastoral penitenciaria La misericordia de Dios entra en la cárcel Publicado: 25/01/2013: 6680 «Transmitir la misericordia de Dios a quienes están en la cárcel», ésta es la misión fundamental de los miembros de Pastoral Penitenciaria, según las palabras de su delegado, el sacerdote Ángel Antonio Chacón. Si quieres formar parte de este servicio pastoral de la Iglesia de Málaga, tienes una cita el próximo jueves, 31 de enero, a las 19.00 horas, en la parroquia de la Asunción, en Málaga. En esta convocatoria, el delegado de Pastoral Penitenciaria, Ángel Antonio Chacón, y los 50 miembros voluntarios que actualmente están trabajando en ella explicarán la labor que se hace dentro y fuera de la prisión y la necesidad de estar formados para realizarla. «Los miembros de Pastoral Penitenciaria somos gente que transmitimos la predilección del amor de Dios por los más pobres, en el ámbito de la prisión», afirma el delegado de Pastoral Penitenciaria. «Nuestra labor es fundamentalmente religiosa, acercarles a Dios y que, desde su misericordia, cierren muchas de las heridas de su vida. Es un trabajo de recuperación de las personas, que es uno de los apellidos de la misericordia de Dios». Una labor religiosa que comienza por una cuidada labor humana: escucha y acogida de los internos, mediación con sus familias y sus abogados, ayuda en diversas tareas y gestiones fuera del centro penitenciario... «No somos una ONG social, ni un grupo de personas con privilegios para visitar la cárcel, sino que somos la Iglesia que lleva la misericordia de Dios al mundo penitenciario». Son muchas las tareas que se pueden hacer dentro del centro penitenciario, para las que se necesitan más personas dispuestas a compartir sus dones y su tiempo. En los diversos módulos ponen en marcha talleres de Biblia, de oración, de valores, de habilidades y de canto religioso, con los que reeducar a la persona y ayudarla a la reinserción social. Los sacerdotes además confiesan y celebran la Eucaristía con los internos y el personal del centro que lo desee. En este Año de la fe, están poniendo en marcha un taller de Lectio Divina. Ángel Antonio Chacón lleva doce años realizando una labor cercana a los internos de prisión. Desde el principio dirige la Casa de la Merced, donde se acoge a internos en sus permisos ordinarios, en fines de semana si están en tercer grado, durante la libertad condicional o tras la excarcelación que no tienen familiares que se puedan hacer cargo de ellos y carecen de recursos materiales. En los dos últimos años está viviendo aún más de cerca el trabajo con los internos del centro penitenciario de Alhaurín de la Torre. «Para mí es una gracia, afirma Ángel Antonio, Dios me ha regalado una tarea pastoral que me ha cambiado la vida completamente. Me configura con Cristo pastor que va buscando a la oveja perdida. Son muchas las experiencias vividas con personas que parecen irrecuperables, pero que, gracias al amor de Dios hecho presente a través de personas concretas, consiguen reinsertarse. También es cierto, que son muchas las experiencias dolorosas de personas inocentes que se encuentran en prisión por un mal informe o un fallo en el sistema judicial. La prisión es un inframundo de sufrimiento donde se hace muy necesario llevar amor, esperanza, consuelo, alegría y paz. Es muy duro estar privado de libertad y además con unas condiciones de vida tan penosas. Todos los que están allí son personas humanas y deben de ser tratadas como tal. Es importante hacerles ver a ellos y a la sociedad, que todos cometemos errores en la vida, pero que podemos aprender de ellos, pedir perdón y volver a empezar». + info en la web de Pastoral Penitenciaria Autor: Encarni Llamas