DiócesisCartas Pastorales Mons. Buxarrais «Ningún cristiano está excusado de ser apóstol» Publicado: 00/06/1981: 806 Carta Pastoral Día de la Acción Católica (1981). Queridos diocesanos: Con ánimo esperanzado ante el renacer de algunos movimientos apostólicos laicales en nuestra Diócesis, constatado por la generosa colaboración de un considerable número de seglares en los trabajos de los Encuentros del Pueblo de Dios que venimos celebrando últimamente, quiero compartir de una manera especial con todos vosotros, militantes cristianos malagueños, la celebración de la Pascua de Pentecostés. El orden temporal, campo específico del apostolado seglar En nuestra carta pastoral del año pasado “Las Iglesias Diocesanas de Andalucía”, los Obispos del Sur exponíamos como “es nueva en nuestro tiempo la conciencia de que todos los fieles son Iglesia y hacen Iglesia; de que en el Pueblo de Dios todos tienen funciones, tareas y carismas propios, que no deben ser ahogados; de que la animación cristiana del orden temporal y la transformación evangélica de la sociedad, son misión específica de los laicos” (núm. 44). Como ha dicho claramente el Concilio Vaticano II (A.A. 2 b), el laico debe desarrollar de una manera especial su apostolado en el orden temporal. Lo debe animar y perfeccionar con espíritu evangélico, de forma que su actividad sea un claro testimonio de Cristo. En un mundo tan complejo como el nuestro, es necesario que este apostolado, para ser eficaz sea asociado y organizado, basado en una profunda convicción sobrenatural, en un conocimiento objetivo de la realidad ambiental y sirviéndose de medios adecuados. Llamados al apostolado En el día del Pentecostés cristiano en que celebramos el don del Espíritu Santo, que Jesucristo ha merecido con su resurrección para todos sus creyentes, quiero recordar a todos los diocesanos su vocación al apostolado, nacida de la fuerza sobrenatural recibida en el bautismo, desarrollada en la confirmación y actualizada en su participación en la Eucaristía. Ningún cristiano está excusado de ser apóstol; si bien es verdad que cada uno deberá vivir y realizar su acción apostólica de aquella manera y en el lugar que el Espíritu, a través de la Comunidad, le manifestare. No puedo silenciar aquí a los llamados enfermos misioneros que sufren con espíritu sobrenatural. Desde su dolor, unidos a Cristo, se convierten en verdaderos apóstoles que, como San Pablo, “completan lo que falta a la pasión de Cristo” (Col 1,24) para la salvación de todos los hombres. El apostolado asociado y organizado Respetando las vocaciones apostólicas individuales, lo normal y común en la Iglesia es que conjuntemos de manera eficaz los esfuerzos de todos, para conseguir el fin al que los hombres han sido llamados, confiando en la ayuda de Dios y ofreciendo nuestra generosa colaboración organizada. Si esto es verdad en cualquier parte del mundo, lo es ahora quizás más en Málaga, donde los problemas sociales, culturales y religiosos des-bordan las buenas voluntades de cada uno. Es necesario unirse, organizarse y distribuir responsabilidades apostólicas. Y el medio mejor que ahora se nos ofrece, lo encontramos en los movimientos apostólicos, parroquias y comunidades cristianas. Para realizar vuestra vocación apostólica, os invito una vez más a incorporaros a los Encuentros del Pueblo de Dios que desde hace un tiempo venimos celebrando en la Iglesia de Málaga. En ellos se os ofrece un medio eficaz para unirnos a otros cristianos en la oración, estudio, diálogo y compromiso a favor de toda la Comunidad Diocesana. Que la luz y la fuerza del Espíritu nos ilumine y fortalezca para comprender y realizar el apostolado. Málaga, Junio de 1981. Autor: Mons. Ramón Buxarrais Más artículos de: Cartas Pastorales Mons. Buxarrais «Adoración y Contemplación del Misterio Eucarístico»«Unas monjas que pierden el tiempo» Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir