NoticiaEntrevistas Fallece la periodista Paloma Gómez Borrero Paloma Gómez Borrero Publicado: 24/03/2017: 10212 La periodista Paloma Gómez Borrero ha fallecido este viernes, 24 de marzo, en Madrid a los 82 años, después de una breve enfermedad.Rescatamos la entrevista que concedió a la Revista DiócesisMálaga con motivo de la fiesta de san Francisco de Sales, patrón de los periodistas. –Paloma Gómez Borrero tiene ahora una apretada agenda como conferenciante. Es usted solicitada por las más variadas instituciones para contar su experiencia periodística en diversos pontificados. –Eso parece. En concreto, desde los dos últimos años del pontificado de Pablo VI. Al morir este Papa, llegó uno nuevo, del Este. Y el Vaticano fue centro de información en todo el mundo. Un Papa viajero que revolucionó. Yo le llamaba "el huracán Wojtyla". Me tocó un Papa que no sólo es santo, sino con muchísimo carisma, con una sintonía especial con los jóvenes. Yo he sido una privilegiada porque he informado de momentos históricos de la Iglesia: jornadas mundiales de la juventud, encuentros de familia, sínodos, el Gran Jubileo del 2000, he acompañado a Juan Pablo II en sus 104 viajes... 27 años y medio de constantes noticias. –¿Qué destacaría de Juan Pablo II? –En pocas palabras: experto en humanidad. Te hacía ver que el centro de nuestro mundo, a veces tan egoísta, tiene que ser la defensa del ser humano, de la vida. –¿Y de Benedicto XVI? –Es un intelectual. Una cabeza pensante como no la hay en toda la Iglesia hoy día. No tiene el carisma de Juan Pablo II. Pero es muy cercano, incluso con la mirada se está ganando a la gente. Yo creo que del Benedicto del primer año, al que le daba miedo coger en brazos a un niño recién nacido para bendecirlo, al Benedicto de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid, hay una evolución. –Periodista de información religiosa que ha conocido muy de cerca la realidad de la Iglesia. ¿También ha conocido las debilidades de la Iglesia? –Hay un dicho que afirma "Roma veduta, fede perduta" (vista Roma, perdida la fe). Pero yo no estoy de acuerdo. Precisamente porque ves cómo son los hombres con todas sus debilidades, sus defectos y sus egoísmos, eres más consciente de que no por ser sacerdote y obispo se es perfecto. Es más, a pesar de todas las debilidades, la Iglesia sigue adelante, y eso es porque está Cristo. Yo no voy viendo a las personas con sus defectos, sino que veo lo que hay detrás de este ser humano con sus defectos, y es que está inspirado por el amor de Cristo. –Un consejo para los que trabajamos en la comunicación. –Ser honestos. No informar para hacer daño. No es justo hacer daño con las informaciones y se puede hacer mucho daño. Siempre me acuerdo de las palabras de Juan Pablo I cuando nos recibió a los periodistas. Nos dijo que somos tan importantes que si san Pablo viviera hoy día, sería periodista y trataría de dirigir un informativo. Yo creo que se tendría que pensar, siempre que se va a hacer una información, a quién puede hacer perjudicar y evitarlo. Tenemos la sartén por el mango para poderlo hacer. - Estamos en pleno Año de la fe, ¿cómo lo está viviendo usted? - El Papa lo ha preparado con muchísima ilusión y lo ha incrustado en dos acontecimientos históricos como son los 50 años del Vaticano II y el Sínodo para la Nueva Evangelización. Le está dando una importancia extraordinaria porque espera que de este Año salgan muchos frutos, sobre todo en Europa. Como dijo al terminar el Sínodo, Europa que fue misionera en tantas partes del mundo, ahora tienen que venir a evangelizarla, otros misioneros vienen a ser misioneros de Europa. - ¿Algún acto de los programados en Roma para este Año de la fe que usted destaque? - Va a haber momentos muy importantes que va a presidir el Papa. Pero yo destacaría que el Papa va a dar muchísima importancia, en este Año de la fe, a la piedad popular, con las cofradías y hermandades... y ahí tiene que estar muy representada, no sólo España, sino concretamente Andalucía. Porque la piedad popular en Andalucía es un ejemplo de fe, de amor a la Virgen, de amor a Cristo y que cofrades de todo el mundo vayan a la Plaza de San Pedro a proclamar su fe, yo creo que es muy importante. - Hay quien piensa que, cuando no hay noticias, los periodistas nos las inventamos, ¿ha vivido usted esa situación? - Yo no lo he vivido con Juan Pablo II, ni con Benedicto XVI. La cuestión es que hay que saber sacar las noticias. A veces da la impresión de que un acto tiene poco noticiable. Me explico, por ejemplo, un sínodo de la familia al que asistieron obispos y padres sinodales de todo el mundo. Se iba a tratar la problemática de la familia desde la visión de los diversos continentes... Pero yo vi que era la primera vez que el Papa invitaba a que intervinieran las familias, y había una familia africana que acababa de tener un bebé. Organizaron un servicio de religiosas que cuidaban al bebé mientras la madre participaba en el sínodo, se lo llevaban para que le diera de mamar, y después lo seguían cuidando. Pues esta anécdota se quedó en la memoria de muchos. - Su familia, ¿cómo lleva que sea usted una de las periodistas más queridas y buscadas de nuestro país? - (se ríe) Ahora están más contentos porque estoy más en casa. Pero no quieren que deje de trabajar porque dicen que sería insoportable (se ríe). He tenido un trabajo muy intenso con la corresponsalía, ha vivido al minuto, siempre pendiente al teléfono y a la actualidad... Pero poder trabajar en lo que te gusta es una alegría. Ahora estoy viviendo con más tranquilidad, podríamos decir que es el reposo del guerrero