Las conclusiones del estudio son:

- Los mecanismos de aseguramiento de la sociedad se han debilitado y las políticas de austeridad han generado una mayor vulnerabilidad de la sociedad española.

- Los recortes en los servicios públicos de bienestar pueden suponer una ruptura definitiva para los más pobres. Si la austeridad vulnera los derechos sociales, estamos abandonando a los más pobres.

- Nuestra apuesta por los derechos sociales dará cuenta de los valores que realmente tenemos como sociedad, pues solamente seremos democracia si garantizamos los derechos sociales de los más vulnerables.

A continuación expondremos algunos de los datos más significativos:

La pobreza se ha enquistado en nuestra estructura social

- La renta per cápita es muy similar a la de hace diez años, lo que invita a pensar en más de una década perdida. En los últimos cinco años, la renta media ha caído un 4%, mientras que los precios se han incrementado en un 10%. - La destrucción de empleo y la moderación salarial han sido determinantes en la reducción del nivel de renta de los hogares españoles

- Cabe destacar el efecto negativo sobre la renta disponible que han tenido tanto algunos de los cambios en las prestaciones sociales como las mayores exigencias para percibir el subsidio y el aumento de algunos impuestos.

- El rasgo más preocupante de la evolución de la renta en la crisis es el aumento sin precedentes de la desigualdad en su distribución.

- De cara al futuro, existe un riesgo notable de que el ensanchamiento de las diferencias de renta entre los hogares españoles se enquiste en la estructura social.

El empleo: de derecho a privilegio

- Con una tasa de paro superior al 26%, hemos experimentado una caída durante la crisis de más de tres millones y medio en el volumen de ocupación. Actualmente, esta tasa es dos veces y media más alta que el promedio de la UE-27.

- Respecto a la naturaleza de este paro, destacamos: tasa de 55% para menores de 25 años; 55% de parados con duración de más de un año; la tasa de paro de la persona principal del hogar ha pasado del 6% al 21,4%. En términos absolutos, se ha pasado de 380.000 hogares en los que todos los activos están sin trabajo a más de 1.800.000.

El proceso de empobrecimiento eclipsa a los más pobres

- El umbral de la pobreza ha descendido desde los casi 8000 euros en 2009 a algo más de 7300 en 2012.

- Los datos provisionales del INE nos hablan de un 26,8% de personas en situación de pobreza y exclusión social, según los indicadores AROPE propuestos por la UE.

- Es preocupante el aumento de la pobreza severa. Pasando de 300.000 familias sin ingresos en 2007 a 630.000 en 2012.

En la encrucijada: derechos sociales o ruptura

- Las medidas de contención del déficit público adoptadas desde 2010 han supuesto un punto de inflexión en el acceso a los derechos sociales en España durante el período democrático.

- Los recortes en algunos bienes básicos, la reducción de las cuantías de algunas prestaciones y la exclusión del acceso de grupos de ciudadanos a servicios elementales han introducido niveles de fragmentación social cuya reducción costó varias décadas y grandes acuerdos sociales.

- Algunos aspectos a destacar: caída en la tasa de cobertura (una de cada tres personas sin empleo no recibe prestaciones); la cuantía de las pensiones no contributivas aumentó más que en los años precedentes; el número de beneficiarios de las Rentas Mínimas de las Comunidades Autónomas se ha duplicado en los últimos cinco años.

- Casi 78.000 ejecuciones hipotecarias y un incremento del 50% en los hogares con retrasos en el pago de la vivienda.

- Caída del gasto en educación, con dos mil millones menos que en 2009.

- El año 2012 ha supuesto un punto de inflexión claramente negativo respecto a la capacidad protectora del sistema. En el mes de julio se decretó una reducción del 15% de la paga a los cuidadores familiares y se puso fin a la cotización social para las personas que cuidan a familiares.

Los ODM y la Agenda del desarrollo post 2015

- Los Objetivos de desarrollo del Milenio han dejado fuera muchos de los aspectos y compromisos (no vinculantes) debatidos y acordados en las Conferencias de Naciones Unidas, debido a la necesidad de reducirlos a un número manejable y aceptable por todos. Se trata de dimensiones clave del desarrollo como la desigualdad de oportunidades y de ingresos, el acceso a un trabajo decente, el respeto a los derechos humanos individuales, el buen gobierno y el fortalecimiento institucional o la paz y la seguridad.

Accede al informe íntegro en este enlace.