A la Celebración Eucarística le siguió una vigilia de adoración eucarística en la iglesia conventual durante toda la noche del sábado al domingo 7 de abril para lo que se organizaron turnos de modo que los fieles de la ciudad, especialmente de las hermandades y cofradías, pudieran acompañar a Jesús Sacramentado. 

Al amanecer del domingo, los Auroreros comenzaron a las 7.30 horas el canto de la Aurora o alabanzas a María desde la puerta del Convento Carmelitano, al cual regresaron a las 9.00 para rezar el Santo Rosario con las letanías del beato Diego José de Cádiz y, al finalizar el mismo, se impartió la bendición con el Santísimo Sacramento a todos los presentes.

Seguidamente, a las 9.30 horas, dio inicio la Santa Misa.