Tras llegar, sobre las 10.20 horas, fue recibido por el párroco, Francisco Javier Sánchez-Cano, y algunos feligreses. A continuación, D. Jesús rezó un momento ante el Santísimo, acompañado del arcipreste, José López Solórzano.

En sus primeros pasos, el Obispo recorrió la parroquia y rezó una oración por los difuntos en los dos columbarios de los que cuenta la parroquia. Visitó la exposición de fotos antiguas del templo y de la plaza que se han preparado con motivo del 150 aniversario de inauguración del templo y el 75 de la erección como parroquia.

A media mañana, el Obispo se reunió con el párroco y visitó a una serie de enfermos pertenecientes a la feligresía, a quienes llevó consuelo y la comunión. El almuerzo fue compartido con los sacerdotes de la zona. A las 17.00 horas, D. Jesús se reunió con los miemrbos de los grupos parroquiales, a quienes animó a "vivir con alehría su misión, como una vocación y un encargo que el Señor les hace a través de la Iglesia".

El encuentro con el Consejo Pastoral fue también un momento de enriquecimiento para todos. De ahí, se pasó a la asamblea parroquial, en la que dialogó extensamente con los feligreses.

A las 19.30 horas, dedicó un rato a confesar a los fieles que así lo quisieron, y a las 20.00 horas, presidió la Misa Estacional,  y concelebrada por el arcipreste y varios sacerdotes de la zona. En su homilía, D. Jesús recordó la figura de san Juan de Ávila y de san Pedro de Alcántara, animando a todos a trabajar y germinar la santidad en las comunidades. Tras la bendición final, D. Jesús impuso la Medalla Pro Ecclesia Malacitana a Gregoria Macías Ramos, de 88 años, que ha dedicado gran parte de su tiempo a la Iglesia.