NoticiaSantos Se celebra la bendición de embarazadas por la fiesta de san Ramón Nonato Imagen de san Ramón Nonato venerada en la parroquia de su mismo nombre en Málaga capital Publicado: 29/08/2022: 16283 Málaga La fiesta de san Ramón Nonato se celebra en la parroquia dedicada a él en Málaga capital con un triduo que termina el 31 de agosto con la bendición de las mujeres embarazadas y la presentación de los niños al Señor. Los días 29, 30 y 31 de agosto se celebra un triduo a las 20.00 horas en la parroquia que lleva su nombre en la capital de Málaga, en el barrio de Cortijo Alto. El primer día, con motivo de la coincidencia con la fiesta del martirio de san Juan Bautista, la predicación aborda el "martirio" que sufrió el propio san Ramón estando en África tratando de redimir cautivos, cuando fue apresado con un candado en la boca para que no hablara de Cristo, y aún así lo hacía. El 30, sobre el evangelio del día sobre la cruz y la saiduría de Cristo, que en este santo se refleja en el deber de predicar que tenía. El 31 de agosto, fiesta del titular, tiene lugar la bendición de embarazadas y presentación de los niños nacidos recientemente, signo del futuro y de la esperanza. Y es que esta parroquia tiene a gala celebrar su patronazgo desde que fue erigida, en recuerdo de la tradición que cuenta que nació una vez fallecida su madre. «Antes de la pandemia venían una treintenta de mujeres, incluso de fuera de la provincia -explica el párroco, Andrés Pérez-, que es más o menos lo que esperamos. Vienen a celebrar la fe, a pedir a Dios por la vida que portan en su seno. Se llevan estampita con su oración para rezarle por un buen parto y también para encomendarle su maternidad las que no logran conseguir un embarazo. Son muchas las mujeres que acuden después para contar que han logrado llevar a término en un embarazo de mucho riesgo para la criatura o que han conseguido al fin un embarazo tras rezarle al santo». ORACIÓN Querido San Ramón Nonato, modelo de amor con los pobres y desfavorecidos, aquí me tienes delante de ti para pedirte ayuda en mi necesidad. Ya que tu mayor alegría era ayudar a los pobres y necesitados en la tierra, ayúdame también en esta situación por la que paso. A ti, glorioso protector, acudo para que bendigas al hijo que llevo dentro de mí. Te pido humildemente que alcances del Dios de la vida que la criatura que llevo en mis entrañas siga viviendo para que vea la luz de esta bendita tierra. Que el día que nazca sea una gran ocasión de alegría y bendición para nuestra casa y que todas aquellas circunstancias que rodeen el parto sean para mayor gloria a Dios. Ayúdanos para que seamos unos padres que amemos cada día más a Jesucristo. Necesitamos hogares santos. Necesitamos niños que sepan mirar al mundo con ojos llenos de amor y que cierren sus ojos al odio y la maldad. Queremos hacer del mundo una familia donde todos los hombres y mujeres se amen y amen a Dios. San Ramón Nonato, escucha nuestras oraciones y hazme una madre feliz gracias a este niño que espero dar a luz por medio de tu intercesión. Así sea. SAN RAMÓN NONATO Como recogen en su página web los religiosos de la Orden de la Merced, Ramón, conocido universalmente por su nacimiento atípico, como Nonato o no nacido, es, con mucho, el personaje mercedario santo que más popularidad ha logrado entre los fieles cristianos, en los lugares, reinos y naciones en los que se implantó la Orden de la Merced. San Ramón nació en el pueblo de Portell, situado en la comarca de la Segarra, provincia de Lérida, cuando alboreaba el siglo XII. Y le pusieron el sobrenombre de nonato o no nacido, por haber salido a la luz del mundo por la incisión, inspirada y urgente, que la daga del vizconde de Cardona practicó en el vientre de la madre muerta. En su adolescencia y juventud primera se dedicó al pastoreo de un rebaño de ovejas por los contornos de la ermita románica dedicada a san Nicolás, en la que se veneraba una imagen de la Virgen María. Allí nació su devoción a la Santa Madre de Jesús. Muy joven ingresó en la Orden de la Merced. El padre Francisco Zumel narra que este joven Ramón fue alumno del vigilantísimo primer fraile y Maestre de la Orden, Pedro Nolasco. Fue, por tanto, redentor de cautivos en tierra de moros. En una redención que realizó en Argel, debió quedar en rehenes. Fue entonces cuando padeció el tormento de ver cerrados sus labios con un candado de hierro para impedirle dirigir palabras de consuelo a los cautivos cristianos y predicar la buena nueva liberadora del Evangelio. Rescatado por sus hermanos mercedarios, el papa Gregorio IX lo nombró Cardenal de la Iglesia con el título de San Eustaquio. Cuando iba ya de viaje a Roma, convocado por el Sumo Pontífice, le alcanzó la muerte en el fuerte y enriscado castillo de Cardona, el año 1240. Su cuerpo muerto, cuya posesión se disputaban la Orden de la Merced, el señor vizconde y la villa de Cardona, fue confiado a la Providencia divina sobre el aparejo de una mula ciega que, sin guía que la condujera, encaminó su trote, acompañada de un gentío, hacia la ermita de san Nicolás donde se dio sepultura al venerable cuerpo. Canonización El papa Urbano VIII reconoce el culto inmemorial del siervo de Dios Ramón Nonato en 1626 y concede a la Orden la recitación del oficio del común y la celebración de la misa. El 20 de octubre de 1655 el papa Alejandro VII autoriza celebrar la fiesta de San Ramón Nonato con oficio y misa del común en la iglesia de San Eustaquio de Roma. El mismo pontífice introduce su nombre en el martirologio romano el 19 de junio de 1655, junto con el nombre de Pedro Nolasco. El papa Clemente IX, el 13 de agosto de 1669, extiende a la iglesia universal la recitación del oficio y la celebración de la misa con rito semidoble. Finalmente, el papa Inocencio XI el 10 de marzo de 1681, lo torna obligatorio a toda la Iglesia con rito doble. Con esto, Ramón Nonato fue canonizado también de forma “equipolente”(Benedetto XIV, De Servorum Dei Beatificazione et BeatorumCanonizationeI La Beatificazione dei Servi di Dio e la Canonizzazione dei Beati, Roma, Libreria Editrice Vaticana, 2011, 39-40).