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«San Manuel nos invitaría a vivir la Epifanía del Señor desde el asombro»

Publicado: 04/01/2022: 7200

Navidad

Las Nazarenas, herederas del carisma del que fuera obispo de Málaga, san Manuel González, preparan su fiesta en este tiempo de Navidad.

El 4 de enero es la fiesta de san Manuel González, una ocasión especial en este año en el que se celebra, además, el centenario de la fundación, en Málaga, de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret. Aquí esperan poder celebrar la clausura de este jubileo, a nivel internacional, el próximo mes de mayo. Esta comunidad, actualmente compuesta por cuatro hermanas, aprovecha este tiempo para recuperar la espiritualidad de su fundador, apóstol incansable del Evangelio vivo de la Eucaristía, marcada por el signo de la adoración. Adoración como la que experimentaron los Sabios de Oriente cuando llegaron al portal de Belén, en el año 1 de nuestra era, como recogen las Escrituras. La superiora de la comunidad de Málaga, Mª Soledad Ferrero Pedrazzoli MEN, afirma que la próxima fiesta de Reyes tiene mucha vinculación con san Manuel. «Los Reyes Magos, guiados por la estrella, fueron al encuentro de Jesús para adorarle. San Manuel se encuentra con Jesús y una de las características de su obra es precisamente la adoración de esa presencia real y permanente de Jesús en la Eucaristía. Pero ese Jesús se ha hecho niño,  uno de nosotros y comparte nuestros días. Desde ahí, los Reyes le ofrecieron sus dones, y nuestro fundador nos invita a hacerlo también nosotros, cada uno: desde la presencia, la compasión, la imitación y la confianza», explica.

La nazarena Eliana María Estrella Rivera recuerda que «Epifanía quiere decir “manifestación”, iluminación. Es la fiesta de la revelación de Dios a todos los hombres del mundo, a todas las regiones de la tierra. Jesús ha venido para revelar el amor de Dios a todos los pueblos y ser luz de todas las naciones. El camino de los Magos desde tierras lejanas trae a la reflexión el itinerario de maduración y estudio que debieron realizar para encontrarse con el misterio de Dios siguiendo una estrella, algo tan incierto que requería de una fe fundada en la humildad. Ciertamente corazones tocados por la belleza de Dios que reconocen sus signos en la creación o la constatación de que la fe y la razón no se contraponen sino que siguen caminos que convergen en la verdad de un Creador. Ellos, los Magos, dejándose llevar por ese deseo interior de lo más grande, nos muestran que es necesario tomar conciencia de nuestra pobreza y necesidad de luz, que estamos llamados a buscarla y acogerla con mirada de fe. Como los Magos, también nosotros estamos llamados a salir de nuestras propias seguridades y certezas para levantar la mirada a la luz que nos ofrece Dios».

La superiora de la comunidad de Málaga acerca las enseñanzas de san Manuel González a este momento de la Navidad. «Hoy san Manuel nos invitaría a vivir la Epifanía del Señor desde el “asombro” ante este Misterio: Dios, que entra en el tiempo para comunicarnos su vida, desde la humildad y sencillez de un niño. Al hablar de asombro podemos pensar en esa capacidad que se da de forma natural en los primeros años de la infancia, pero dejemos que la sorpresa (asombro) obre en nuestras vidas y cosas nuevas florecerán. Seamos receptivos para todo lo noble, bueno y hermoso que en estos días de Navidad se nos regalará. Asombro en la disposición para buscar y encontrar a Dios en la vida, en las pequeñas cosas de todos los días. Asombro en el esmero por cultivar el calor de hogar en nuestras familias. Asombro en la apertura de regalar alegría a los demás. Asombro en el cultivo de un corazón humilde para creer y adorar el misterio nacido de las entrañas de María. Asombro para crear espacios donde poder caminar juntos en comunidad sinodal desde nuestra Iglesia de Málaga como pueblo de Dios peregrino y misionero», detalla. «Que con María, en María y desde María podamos decir, al igual que los Reyes Magos y san Manuel: “Hemos venido a adorarte en busca de ti, Señor”; porque hemos sido abrazados por el “asombro” queremos anunciarle y darle a conocer». Recuperando unas palabras del santo obispo, Mª Soledad invita a mirar a María como modelo lucero, primera anunciadora de Jesús, quien nos lo trae al mundo».  

Por su parte, Eliana María concluye: «Nuestra vida de fe no puede quedarse en un intento intelectual de entender el misterio de Dios. El relato de los Magos nos llama a un verdadero encuentro con el Señor donde haya una transformación paulatina del corazón hacia la verdad de sí mismo, del mundo y, por este conocimiento, se hace posible descubrir la llamada e invitación a caminar. La escucha no tiene otro lugar más idóneo que la oración y la escucha atenta de la Palabra de Dios».

Ana María Medina

Periodista de la diócesis de Málaga

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