NoticiaEn los Medios Desafío pornográfico Publicado: 22/11/2021: 11693 Artículo publicado por el delegado de Medios de Comunicación de la Diócesis de Málaga, Rafael J. Pérez, en la sección de Opinión del Diario SUR. Conviene hablar claro. Máxime en temas que destrozan la vida de millares de personas. Por regla general, si vemos peligro, no nos metemos en la boca del lobo. El problema surge cuando no se atisba peligro a corto, medio o largo plazo. Ocurre con las adicciones. Como en otras situaciones que, a veces, sin comerlo ni beberlo, nos enfrentamos. Desde la libertad, la valentía y la honestidad hay que afrontar los retos que surgen en nuestras sociedades. Como la adicción a la pornografía o las consecuencias que se derivan del porno. Y hacerlo de manera concreta e interdisciplinar de forma que se puedan ofrecer respuestas adecuadas a cuestiones que afecta, un día sí y otro también, a la vida de millones de personas. Muchas de ellas creyentes. La irrupción de las nuevas tecnologías provocó que el porno llegue a nuestros hogares sin previo aviso. Algunas estimaciones alertan de que el consumo de porno comienza en nuestros menores antes de los diez años. En otras estadísticas se alerta de que en España hay más de un millón de personas adictas a la pornografía. Con las consecuencias que de esto se deriva porque afecta a la vida emocional, de pareja, social; desestabiliza a nivel educativo, biológico, religioso... Sugiero que el lector profundice en las consecuencias de las adicciones. Adicciones que comienzan, en no pocos casos, de manera aparentemente inocua. Y que se cronifican. La moral cristiana ha alertado de los riesgos del consumo de pornografía. Pero no solo para el consumidor, sino también para los actores de la industria o, en su defecto, para quien la genera a modo amateur con las nuevas plataformas. Todo un desafío sobre el que nuestra sociedad debería reflexionar si no deseamos cosificar a la persona, abandonar a la juventud a su suerte y denigrar la dignidad humana.