NoticiaCoronavirus «La situación de Colichet es para estar muy contentos» Paqui Cabello (en el centro) junto a dos trabajadores de la Casa de Acogida Colichet para Enfermos de Sida Publicado: 20/04/2020: 18333 Paqui Cabello es la directora de la Casa de Acogida Colichet para Enfermos de Sida, uno de los centros sociosanitarios de Cáritas Diocesana de Málaga de cuya coordinación ella es también responsable. «Las personas acogidas en la casa tienen las defensas muy bajas y un historial de enfermedades de base que complicarían mucho su estado de salud en el caso de que se contagiaran» Actualmente, la casa cuenta con 13 residentes a quienes, tras realizarle las pruebas, han dado negativo por Covid-19. El coronavirus es una enfermedad especialmente peligrosa para esta casa, puesto que, como señala su directora, las personas acogidas aquí son inmunodeprimidas, tienen las defensas muy bajas y un historial de enfermedades de base que complicarían mucho su estado de salud en el caso de que se contagiaran. Además, en la casa trabajan tres Hijas de la Caridad mayores, con lo cual son también población de riesgo. A pesar de la gravedad, Paqui manifiesta su satisfacción: «estamos contentos porque, a día de hoy, hemos realizado los tests a todas las personas del centro y hemos dado todos negativo. Sí es verdad que hemos tenido un caso de aislamiento de uno de los residentes porque empezó con sintomatología compatible con el Covid-19. Ante la imposibilidad de hacerle pruebas, porque entonces no había disponibles, decidimos aislarlo. Después de cumplir sus 14 días de aislamiento, con todos los protocolos que eso conlleva, se ha recuperado del catarro que tenía y resulta que además era negativo. Así que, a pesar de que ha sido muy complicado, por los pocos recursos de que disponíamos, estamos muy contentos. Los hemos cuidado con mucho cariño y hemos podido proteger al personal que los ha acompañado muy de cerca». Teniendo en cuenta la especial vulnerabilidad de las personas que viven en la casa, sus responsables empezaron muy pronto con unos protocolos muy estrictos de prevención, tanto por parte de los profesionales como de los acogidos. Además del uso de sistemas de protección personal, «tuvimos que poner cinco momentos al día, con su horario estricto, para que todos se lavarán las manos bajo nuestra supervisión, animándolos a establecer unos hábitos que hasta ahora nunca habíamos caído que podían salvarnos la vida». Cabello ha encontrado incluso la parte positiva a esta crisis: «La experiencia ha sido muy bonita por nuestra parte. Ha sido un aprendizaje por lo que ellos nos transmiten. Son personas que vienen de un mundo muy diferente al nuestro, de haber vivido en la calle, otros de prisión; pero nos enseñan muchísimo en estos momentos. Te das cuenta de como el ser humano, se adapta, se transforma, va cambiando. La verdad es que ha sido una Pascua este tiempo».