NoticiaSantos Marta Sánchez: «Guadalupe Ortíz es un ejemplo que tiene que ver con la vida de las personas» Guadalupe Ortiz de Landázuri, primera laica del Opus Dei beatificada Publicado: 17/05/2019: 22421 La Iglesia ha beatificado este sábado 18 de mayo a la doctora química e investigadora española Guadalupe Ortiz de Landázuri (1916-1975), la primera laica del Opus Dei que sube a los altares. La celebración, presidida por el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Angelo Becciu, tuvo lugar en el recinto de Vistalegre, en Madrid, a las 11.00 horas. Marta Sánchez Esparza, periodista que ha desarrollado en Málaga gran parte de su trayectoria profesional, es la responsable de Comunicación de la Beatificación de Guadalupe Ortiz de Landázuri. ¿Quién era Guadalupe? Guadalupe Ortiz de Landázuri era un mujer madrileña nacida en el barrio madrileño de Malasaña, en 1916, que vivió durante 58 años (falleció joven); que supo responder a las llamadas que Dios le hizo en cada momento de su vida. En concreto, desde su posición de persona corriente, química y numeraria del Opus Dei. Es decir, fue una persona entregada a Dios que, cuando se sumó a esta institución de la Iglesia era todavía una semilla que nacía, de hecho fue la cuarta o quinta mujer del Opus. Desde aquel momento, puso todas sus capacidades, que eran muchas, al servicio de lo que pensó que era su camino para ser santa: hacer apostolado, llevar a otras personas a Dios y hacer todo el bien que pudo, a través de las actividades que acometió tanto en su trabajo como profesora de Química, como investigadora y en las labores apostólicas que se le encomendaron, entre ellas llevar ese carisma al otro lado del océano, a Méjico, primer país de América donde se abrió un centro del Opus Dei. Fue la primera directora de una residencia de universitarias, ¿no es así? Así es, fue la primera directora de la primera residencia del mundo de universitarias mujeres, que se abrió en Madrid. Un proyecto dirigido a elevar las miras culturales, intelectuales y espirituales de las mujeres universitarias, que en esa época eran muy pocas. Guadalupe dejó una honda huella donde estuvo, en Méjico fue destinada al Estado de Morelos, donde el índice de analfabetismo era del 40%. En una antigua hacienda azucarera quemada durante la Guerra de los Cristeros levantó una escuela para la formación de las campesinas, en la que más de un millón de personas se han beneficiado de las actividades que allí se realizan. También es un ejemplo en atender a su familia y cuidar a su anciana madre; una persona alegre que supo llevar la enfermedad, sufría una afección cardíaca que fue la que le provocó la muerte en 1975 y que llevó con naturalidad y discreción, sin hacerse la víctima y siempre con una sonrisa. ¿Qué supone para ti ser responsable de comunicación de la beatificación de Guadalupe? Ser responsable de comunicación en la beatificación de Guadalupe es algo que me llena de ilusión. Llevamos muchos meses trabajando y el reto era dar a conocer la vida de una santa de al lado, como nos dice el papa Francisco, rescatar la memoria de alguien que resultaba anónima para muchas personas pero que con su vida y con su entrega generosa a los demás, estaba cambiando el mundo. Y eso ha supuesto un reto a nivel de comunicación, que hemos afrontado desde distintas perspectivas con productos digitales, libros y eventos en toda España y diversos países del mundo. Todo esto ha sido un reto maravilloso que nos lleva a la ceremonia de beatificación que tiene lugar este fin de semana en Madrid. Ha sido una maravilla ver cómo las personas se han ido sumando al "movimiento Guadalupe", por así llamarlo, porque han ido conociendo un ejemplo que tenía mucho que ver con su vida y que además su interioridad les ha llevado a Dios. Ahora mismo el libro “Letras a un santo”, que es el libro con sus cartas a san Josemaría, tiene ya más de 115.000 descargas. La primera mujer laica del Opus Dei que llega a los altares, ¿qué supone esto para la institución? Tiene un enorme significado para la institución y para toda la Iglesia. Estamos hablando de una institución que promueve la santidad en medio del mundo, en las ocupaciones corrientes, sin hacer cosas raras. La Iglesia, al poner como modelo la vida de Guadalupe Ortiz, está diciendo que esa espiritualidad es un camino hacia la santidad y está poniendo un sello de calidad sobre ese carisma. Además, está colocando en el escaparate una vida corriente que puede servirnos como ejemplo inspirador a cualquier persona cristiana que se plantee llegar a Dios a través de su trabajo y del servicio a las personas que le rodean.