NoticiaHOAC «La persona tiene que ser el centro de la economía, no el dinero» Miembros de la HOAC, tras la Eucaristía en la parroquia de Jesús Obrero Publicado: 30/04/2019: 12114 Un cura de pueblo y cercano al pueblo. José Sánchez Luque se curtió como sacerdote en los pueblos de la Axarquía, donde le pusieron el sobrenombre de “Pepe Carriles” por la cantidad de kilómetros que hacía por caminos sin asfaltar para llegar hasta las cortijadas y aldeas más alejadas de los núcleos rurales, a las “periferias” como diría hoy su admirado papa Francisco. Su ministerio siempre ha estado ligado a la defensa de los derechos de los trabajadores y actualmente es consiliario de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC). He leído que uno de los días más felices de su vida fue cuando, en 1980 se constituyó la Unión de Cooperativas Paseras en Vélez-Málaga que unió a veinte pueblos para defender a los pequeños productores, y que fue promovida por usted. A sus 78 años no ha abandonado su defensa de los descartados Ahora estoy jubilado, si puede decirse eso de un cura, porque, aunque no tenga parroquia a mi cargo, llevo adelante varios trabajos. Soy consiliario de la HOAC, junto al también sacerdote Salvador Jurado; trabajo en el Hogar Pozo Dulce de Cáritas Diocesana para personas sin Hogar; y además, acompaño a la Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad (FRATER). ¿Cómo celebra el 1 de mayo? El Primero de mayo, fiesta de San José Obrero, es un día muy importante para la Iglesia que trata de denunciar las situaciones de injusticia y de llevar el Evangelio al mundo del trabajo. Las distintas instituciones católicas que trabajan en este ámbito: Cáritas, CONFER, Confederación de Religiosas en el Trabajo, HOAC, Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica y Juventud Obrera Católica, nos hemos unido en una coordinadora bajo el nombre “Iglesia por el Trabajo Decente”. Este miércoles, como cada 1 de mayo, celebraremos la Misa a las 10 de la mañana en la parroquia de Stella Maris y luego todos participaremos en la manifestación convocada por los sindicatos. Llevamos una pancarta de la HOAC con el eslogan “Trabajo digno para una sociedad decente”. Misa y manifestación. Eso es llevar a la práctica lo de “a Dios rogando y con el mazo dando” La espiritualidad nos tiene que llevar a la vida. No puede haber una espiritualidad de ojos cerrados, sino que tenemos que ser místicos de ojos abiertos a los problemas de la sociedad. Cada día más se va viendo una preocupación en la Iglesia por los problemas reales de la gente. Antes se hablaba mucho de la “fuga mundi”, la huida del mundo; y eso vemos que hoy no tiene sentido. Hay que llevar al Sagrario y a la oración los problemas de los pobres, y pedirle a Jesús que nos dé fuerzas, que nos dé luz para ver cómo podemos ir transformando la realidad. Yo abogo por un cristianismo de presencia transformadora. Hay que estar en la realidad para, desde dentro, ir construyendo una sociedad más justa, más fraterna, más igualitaria, donde todos tengamos lo elemental para la vida. La persona tiene que ser el centro de la economía, no el dinero. ¿Cuál es la realidad actual del movimiento obrero católico en Málaga? Actualmente la HOAC la componemos un grupo de unas 40 personas cuya vocación es llevar el Evangelio al mundo del trabajo. Nuestra labor se divide en tres sectores. El sector ideológico-educativo, en el que están implicados maestros y profesores que intentan, desde su compromiso en la escuela, en los institutos o en la universidad, educar a los niños y jóvenes de una manera crítica para que sean transformadores de la sociedad; el sector económico laboral, en el que nos hemos implicado con el colectivo de las “kellys”, las camareras de piso, un colectivo donde hay mucha explotación, además de con los migrantes y refugiados; y, por último, un sector que nosotros llamamos eclesial, en el que estamos los curas y algún seglar comprometido en los consejos parroquiales, para sensibilizar a la propia Iglesia sobre la problemática social, promoviendo el estudio de los documentos del papa a este respecto. Además de la manifestación del 1 de mayo, participan periódicamente en concentraciones contra la siniestralidad laboral Cada vez que en la provincia de Málaga alguien muere víctima de accidente laboral hacemos un gesto público en la calle y leemos un manifiesto. Protestamos porque generalmente los accidentes de trabajo se deben a la falta de seguridad en las empresas que, por ahorrarse dinero, no equipan correctamente a los trabajadores. También nos unimos, cada segundo miércoles de mes, a la iniciativa de los “círculos del silencio” contra la muerte de migrantes en el Mediterráneo.