NoticiaEl Espejo «La Unción fue una experiencia extraordinaria» Danilo Farneda y Joaquín Asenjo (sentados) junto al equipo de El Espejo Publicado: 19/05/2017: 15136 Este domingo se celebra la Pascua del Enfermo. Con este motivo, El Espejo de este viernes ha profundizado en la labor que la Iglesia realiza a través de los equipos de Pastoral de la Salud. En el programa han intervenido Danilo Farneda, coordinador de Atención Espiritual y Religiosa del Complejo Asistencial de las Hermanas Hospitalarias, profesor de Teología y miembro de la Delegación Diocesana de Pastoral de la Salud, que ha explicado la labor que realiza la Iglesia en el acompañamiento a las personas al final de la vida. «La Iglesia –ha comentado– propone la celebración del sacramento de la Unción de los Enfermos, que ha cambiado su enfoque. No es un sacramento sólo para el momento previo a la muerte, sino un sacramento donde el Dios de la vida nos acompaña para vivir desde la dignididad y desde la fe el proceso de enfermar y el proceso también de morir». Joaquín Asenjo, estudiante de Teología, licenciado en Filosofía, Maestro Nacional y director de Seguridad Privada ahora jubilado, ha contado su experiencia de acompañamiento en el proceso de la muerte a su mujer, fallecida en 2015, unos días despues de haber sido sometida a una intervención quirúrgica. Asenjo ha contado su historia como un momento de encuentro con el Señor: «La operación, aunque era de corazón, no era en principio especialmente peligrosa. Salió bien, pero a las 24 horas comenzó a complicarse y la salud de mi mujer tuvo una curva descendiente que duró 34 días y que acabó en su muerte. Este misterio de la muerte tuvimos la gracia de vivirla juntos, mis hijos y yo, acompañándola desde que tenía momentos de semiconsciencia hasta que entró en el coma pero conservando algunos reflejos. Nos fuimos dando cuenta de que llegaba el fin. Le propuse a mis hijos que recibiera el sacramento de la Unción de Enfermos y fue una gracia vivirla todos juntos alrededor de ella. Fue una experiencia extraordinaria en la que contamos con la ayuda de un capellán muy bien preparado pedagógicamente. En el momento en que empezaba el rito de la unción ella abrió los ojos y fue consciente de que allí pasaba algo. Oramos todos juntos. Fue vivir un sacramento inédito en nuestra vida cristiana. Nos dio una paz tremenda y, aunque a ella no le dio la fuerza para seguir viviendo, le dio la gracia para encontrarse con DIos. A nosotros nos dio también las fuerzas para vivir esos días». Puedes escuchar el programa en la aplicación móvil de Diócesis Málaga descargándola aquí o pinchando en este enlace.