Mons. Catalá ha señalado que «en Jesús-Cautivo cuya imagen contemplamos, se ilumina el enigma del dolor y de la muerte; podemos comprender nuestro dolor y nuestra muerte contemplándolo. Cristo, con su muerte, destruyó la muerte; y resucitando nos dio la vida, para que, hijos en el Hijo, clamemos en el Espíritu: ¡Abba, Padre!».

El obispo se ha referido a los cofrades malagueños a quienes ha lanzado un anuncio kerigmático: «Querido cofrade malagueño y fiel devoto del Cautivo, estás ante la imagen de quien te ha salvado, de quien cura tus heridas, de quien perdona tus pecados, de quien te saca de la miseria humana, de quien te invita a vivir como Él vivió, de quien puede ofrecerte la verdadera felicidad y libertad, no sustitutos».

D. Jesús ha explicado cómo el Evangelio garantiza la auténtica libertad humana: «La Iglesia no cesa de escuchar las palabras del Cautivo, quien, a pesar de estar maniatado, es la persona más libre de toda la humanidad. Cuando nos sintamos atados, esclavizados, manipulados, acorralados por tantas circunstancias internas y externas de la vida, acudamos con fe y esperanza a Jesucristo. Él nos ofrece la verdadera libertad. Con Él y en Él seremos siempre libres, capaces de superarlo todo: enfermedad, dolor, pecado, ataques, odios, rencores; incluso la muerte temporal, porque Él ha resucitado».

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