Noticia La Eucaristía, centro de la vida cristiana Publicado: 03/02/2015: 10680 La felicidad que buscamos tiene un solo rostro: el de Jesús de Nazaret. Está oculto en la Eucaristía. Como cristianos debemos participar el domingo en la Santa Misa. Como cristianos debemos participar el domingo en la Santa Misa. Y, siempre que sea posible, de manera diaria. Es el centro y la raíz de la vida cristiana. Todo en ella fluye. Y todo lo bueno de ella fluye. Ayudemos a los demás a descubrirla. Invitar a nuestros familiares y amigos a Misa es la mejor propuesta que podemos hacerle. Debemos aprender a comprenderla cada vez más profundamente. Debemos aprender a amarla. Comprometámonos a ello. Vale la pena. Descubramos la íntima riqueza de la liturgia eucarística y su verdadera grandeza: no somos nosotros los que hacemos fiesta, sino que es el mismo Dios viviente el que prepara una fiesta para nosotros. Quien ha descubierto a Cristo vivo debe llevar a otros hacia Él. Una gran alegría no se puede guardar para uno mismo. El gozo de la fiesta de la resurrección que se experimenta en el encuentro eucarístico es necesario transmitirla. En numerosas partes del mundo existe hoy un extraño olvido de Dios. Que no ocurra así en nuestra Diócesis. Transmitamos a nuestros contemporáneos que Dios existe. Que se hace presente gracias a la Eucaristía en nuestras barriadas, pueblos y ciudades.