NoticiaTestimonios Rocío Moltó: «No puedo estar quieta ni quedarme al margen» Publicado: 10/12/2013: 9167 Rocío Moltó, una joven malagueña de 27 años, ejerce su vida de fe en la parroquia de San Lázaro, un lugar en el que colabora con la pastoral de enfermos cuando van a visitar a personas mayores en navidad, ha dado catequesis y participa en las actividades litúrgicas. Además, es la presidenta de la Comisión de Comunicación de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa. Ella es la menor de cinco hermanos, y actualmente vive con sus padres. Ellos son las personas que, desde pequeña, le han trasmitido la fe: «mi familia es católica, mis padres nos han tenido también en colegios religiosos, algo que influye en tu desarrollo de fe». Demuestra y vive su fe a través de las diversas labores pastorales que desempeña dentro de la Diócesis de Málaga. Rocío es presidenta de la Comisión de Comunicación de la agrupación de cofradías, colabora con la delegación de juventud del Obispado, en Cáritas Parroquial de los Mártires a través de la vocalía de Caridad; también es catequista y, mientras cursaba sus estudios de periodismo en la Universidad de Málaga, formó parte de la Pastoral Universitaria. Tal y como ella dice «No puedo estar quieta». NO TE QUEDES AL MARGEN Decidió estudiar Periodismo porque desde su adolescencia le gustaba escribir, y fue precisamente con esa edad cuando comenzó a hacer sus primeras publicaciones en revistas de cofradías. «Si tú estás viendo algo necesitas compartirlo, es como una necesidad imperiosa de contar lo que estás viendo a la gente: oye que está pasando esto, no te quedes al margen». Sin embargo, y a pesar de que desempeña labores de comunicación, Rocío no trabaja en los medios, todo lo que hace es voluntario, por lo que no recibe ninguna remuneración económica, algo que deja ver su gran corazón. Ella comenzó a trabajar en la cofradía de las Penas «por gusto estético» y en un momento dado le ofrecieron llevar los temas relacionados con la caridad porque estaba muy involucrada con esa vocalía. En este momento colabora en el seminario menor impartiendo un taller de comunicación a niños de 14 años aproximadamente, y además tiene varios proyectos de labor social; uno de ellos es la puesta en marcha de “Escuela Bienaventurados”, un proyecto con la Cáritas de la parroquia de los Mártires que consiste en una escuela de apoyo para los niños de las familias a las que atienden y que tienen problemas con los estudios. Del mismo modo, y para ayudar a Cáritas en la recogida de alimentos, está coordinando a los voluntarios de las cofradías de los Mártires para participar en La Gran Recogida como grupo “Cáritas de los Mártires”. Su día a día, aunque no lo parece, es bastante tranquilo, pues no siempre tiene trabajo diario en todos los sitios, a excepción de la agrupación, donde la cosa es más dinámica y diaria porque tienen que estar pendientes de todo. «Es fácil hacerse una planificación con las cosas que yo tengo, si uno se planifica bien puede hacer todas las cosas». Para ella, «lo más satisfactorio de todo lo que hago es ver que el mensaje que transmito se entiende y llega a la gente». EXPERIENCIA COMO CATEQUISTA Dentro de su experiencia como catequista de los cofrades, ella destaca que «son personas sedientas de Dios», pues afirma que, «cuando les hablas un poco de Él, quieren más y más porque se encuentran un mundo nuevo: Tú ves que realmente les gusta pero que muchos nunca lo han encontrado». En un futuro, a Rocío le gustaría poder seguir llevando este ritmo de trabajo voluntario, además de encontrar un trabajo propio con el que poder conseguir una independencia. Autor: Eva Nicolás @Eva__710