La Congregación da culto a dos preciosas imágenes de San Ciriaco y Santa Paula, obra del escultor malagueño Jerónimo Gómez de Hermosilla en 1645, creadas para el tabernáculo de la Catedral y cedidas en 1947 a la Parroquia de los Santos Mártires para sustituir a las imágenes que presidían el templo hasta su destrucción en 1931. Desde 1990, dichas imágenes ocupan el Camarín del retablo del Altar Mayor de la Parroquia, ocupando así el sitio que les corresponde por historia y dedicación del templo.

 Las efigies de San Ciriaco y Santa Paula están representados en el momento en que, atados a sendos troncos de árbol, van a ser lapidados en la orilla del río Guadalmedina de la ciudad de Málaga. Echo que el escultor al que están atribuidas ambas imágenes, Jerónimo Gómez Hermosilla, consiguió con gran acierto en unas imágenes de gran belleza plástica que aguardan su martirio transmitiendo una sensación de esperanza y fe, sosteniendo en sus manos unas palmas de plata (símbolo del martirio, victoria y resurrección) y alzando su mirada al cielo, aguardando el momento de encontrarse con Dios Padre. Están realizadas en talla completa en madera policromada y estofada. Fueron estudiadas y restauradas por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico en el año 2000.