NoticiaColaboración MABEL LOZANO. Un club en tu portal Mabel Lozano Publicado: 24/04/2020: 26969 Mabel Lozano, directora de cine social, aborda en este artículo para DiócesisMálaga la realidad de la prostitución y la trata en tiempos del Coronavirus. «Las mujeres no pueden negarse, ahora incluso conviven con sus verdugos, los proxenetas, las 24 horas del día» El mundo de la noche o del ambiente se mueve y se recicla a gran velocidad. La delincuencia casi siempre va por delante de la ley. Hace algunos años, cuando se captaba a una mujer en su país de origen para después ser explotada sexualmente en el nuestro, a la víctima en muchos casos se les decía que su destino serían las grandes salas de fiestas (burdeles). Hoy, por el contrario, se le dice que primeramente irán "a trabajar" a pisos particulares donde estarán protegidas y a salvo de posibles redadas, y lejos de sus perseguidores y enemigos, que no son otros que la mismísima policía española. En la actualidad, los grandes patronos del sexo de pago españoles, copiando el sistema que implantara antes la mafia italiana, han ampliado sus negocios a pisos particulares y casas de citas, ya que en estos la Policía tiene serias dificultades tanto para el control de entrada como para su registro por razones legales, ya que estos son considerados viviendas de uso particular. Y es precisamente por el difícil acceso a estos pisos, tanto por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, como por las distintas asociaciones que hacen un trabajo de campo con las mujeres prostituidas, que en estos lugares estan haciendo su propio agosto a costa del confinamiento. Muchos de estos pisos siguen abiertos a pesar de la pandemia, y recibiendo clientes. Hombres que burlan el control primero de sus hogares, y después, el de la policía en la calle, para comprar el cuerpo de las mujeres, estas, no pueden negarse, ahora incluso conviven con sus verdugos, los proxenetas, las 24 horas del día. Mabel Lozano Directora de cine social