NoticiaSan Manuel González Un obispo para la reconciliación Incendio del Palacio Episcopal, el 12 de mayo de 1931 Publicado: 10/10/2016: 17899 Artículo del sacerdote diocesano Alfonso Crespo, con motivo de la canonización de D. Manuel González. D. Manuel es, también, una página ejemplar de su tiempo. En 1931, con la llegada de la República, su situación se torna delicada, le incendian el Palacio Episcopal y se traslada a Gibraltar para no poner en peligro la vida de quienes lo acogen. Desterrado, desde 1932 rige la Diócesis desde Madrid. En 1935 es nombrado obispo de Palencia, donde entregó los últimos años de su ministerio episcopal. Nuestra historia moderna está marcada profundamente por la guerra civil. Y nuestra memoria histórica tiene el sesgo de una herida no cicatrizada. Alguien escribió que «toda guerra civil es siempre la victoria de un bando sobre otro y la derrota de los dos». Todavía sufrimos sus rescoldos. D. Manuel fue testigo y victima de los acontecimientos acaecidos en nuestra diócesis en los años anteriores a la guerra civil, nunca se oyó de él una palabra de reproche y soportó heróicamente la calumnia y la incomprensión. Ojalá su canonización pueda abrir una línea de investigación histórica marcada por la objetividad, la verdad y la reconciliación, sin anclarse en el odio del pasado y proyectando la ilusión de un futuro integrador. D. Manuel es también «un obispo para la reconciliación».