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Saludo de Mons. Catalá en la liberación del preso

Publicado: 17/04/2014: 16245

Mons. Catalá recuerda que «leyendo los Evangelios se pueden encontrar numerosos pasajes de la vida y de la predicación de Jesús de Nazaret, en los que aparece claramente su actitud de salvar al hombre concreto: al enfermo, al pobre, al despreciado, al pecador. »

                                                        SALUDO DEL OBISPO
                                                EN LA LIBERACIÓN DEL PRESO
                                                    (Málaga, 16 abril 2014)

                                                  Salvar lo que estaba perdido

Leyendo los Evangelios se pueden encontrar numerosos pasajes de la vida y de la predicación de Jesús de Nazaret, en los que aparece claramente su actitud de salvar al hombre concreto: al enfermo, al pobre, al despreciado, al pecador. El objetivo de su vida y su intención queda reflejada en esta frase: «El Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido» (Lc 19, 10).  Si Jesús, el Hijo de Dios, en toda su forma de actuar, se da a conocer como «amigo de los publicanos y de los pecadores» (Mt 11, 19), pone de relieve el mensaje que trae y el objetivo de su venida al mundo: «Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve con El» (Jn 3, 17). 

¡Cuántas veces nos hemos alejado de Dios, yendo por caminos extraviados! ¡Cuántas veces hemos buscado la felicidad donde no se encontraba! Jesús, el Rico, nos anima a volver a sus brazos y nos ofrece su perdón.   Ante su imagen le pedimos que se acerque a nosotros, que venga a buscarnos para llevarnos sobre sus hombros, como el buen pastor acoge a la oveja perdida (cf. Lc 15, 4-6). En él encontraremos el perdón y la verdadera felicidad.  Unidos a Jesús, el Rico, rezamos juntos la oración que él nos enseñó: Padrenuestro.


 

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