«Mis primeros recuerdos en torno a la oración son con la madre de mi madre, mi abuela Clara, que falleció cuando yo era niño pero que me dejó su testimonio de fe y devoción, especialmente al Sagrado Corazón de Jesús. De su mano recuerdo mis primeras visitas al santuario de la Virgen de la Victoria, la iglesia del barrio en el que crecí, en la que fui monaguillo varios años», cuenta Hinojosa sobre sus primeros acercamientos a la oración. Para él, esta es «el momento de encuentro con Dios. Yo la tengo como un medio para poder estar en contacto con él las 24 horas del día. No hace falta estar en una iglesia o delante de una imagen para rezar. Muchas veces basta con ir andando por la calle y tener un momento para ti, sin móvil ni ordenador por delante, para pedirle por algo o alguien», afirma.

Como puede pasar, reconocer que reza más en momentos de dificultad, «o cuando algo nos aflige y nos perturba, pero también procuro rezar para dar gracias. Muchas veces nos olvidamos de lo importante que es darle gracias a Dios por todo lo que nos da en nuestra vida».

En verano, Jesús procura cuidar la oración siempre que puede, «especialmente en los momentos de mayor intimidad que tengo la oportunidad de vivir en mi parroquia de la Divina Pastora y Santa Teresa de Jesús, cuando estoy a solas haciendo alguna tarea en el templo o con la Virgen, en la penumbra de su camarín».

A JESÚS POR MARÍA

Además de en las imágenes devocionales, Jesús encuentra un lugar privilegiado para orar «ante Jesús en el sagrario y en la custodia. Muchas veces las prisas del día a día nos apartan de momentos tan hermosos como la adoración eucarística. Con motivo de la preparación para la coronación canónica de la Divina Pastora, estamos procurando fomentarla y hemos tenido momentos muy bonitos», confiesa.

Este periodista tiene la certeza de que «la oración siempre aporta, nunca resta, porque es un buen momento para encontrarse con Dios y también con uno mismo. En esta sociedad de tanto ruido alrededor, cada vez más, siempre es positivo tener una ocasión para el encuentro con lo trascendente», afirma.  Entre sus oraciones favoritas están las marianas: el Ave María, el Ángelus, la Salve... «Aquello de 'Todo a Jesús por María' de san Marcelino Champagnat se me quedó grabado en el colegio de los Maristas y procuro ponerlo en práctica siempre que puedo. Sé que de la mano de la Pastora nada hay que temer».