La ponencia del Cardenal Sebastián versó sobre la Exhortación Apostólica “Gaudete et exsultate” sobre la llamada a la santidad en el mundo actual.

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A este respecto, D. Fernando afirma: «Dios nos ama de verdad y quiere para todos nosotros lo mejor. Y lo mejor es que en nuestra vida nos parezcamos a Él como hijos suyos que somos. Nuestro modelo es Jesús, “que lo hizo todo bien”. El seguimiento de Jesús no es un camino de mediocridad sino un camino de generosidad, porque es un camino de amor y de amistad. Dios quiere que todos seamos santos, con una santidad sencilla y profunda que consiste en hacer las cosas de cada día con un corazón grande, lleno de amor y de generosidad, con la fuerza de la esperanza. Para ser santo no hace falta tener visiones. Basta con vivir en la piedad y en el amor, agarrados a la mano de Jesús. Somos discípulos de Jesús que se entregó por nosotros, Él nos enseña a entregar la vida cada día y en cada cosa, con alegría, por el bien de los demás. Esta santidad es la santidad de cada día, la santidad de la gente corriente. Una santidad sencilla capaz de cambiar nuestra vida y de cambiar el mundo. Ser santos es lo mejor que podemos hacer para nosotros y para el mundo».