Habían viajado hasta Roma para mostrarle el techo del Oratorio de la Cofradía de las Penas dado que el pasado año, al ver parte de las pinturas, el Santo Padre mostró su deseo de ver culminada la obra. Acompañaba a la familia Berzosa don Salvador Aguilera, sacerdote rondeño que trabaja en la curia romana, el cual hacía de traductor.

El Papa emérito mostraba su admiración ante cada uno de los detalles del techo llegando a afirmar que es un milagro encontrar hoy artistas así. Raúl, como muestra de devoción filial, le hizo entrega al Santo Padre de una obra suya que reproduce un momento clave en la vida de Benedicto XVI: su renuncia al ministerio petrino. «No lo merezco» fueron las palabras que pronunció al recibir en sus manos el retrato y, al explicarle que en éste se veía la humildad, la fortaleza y el misticismo del Papa en aquel momento, añadió en tono simpático: «y el cansancio de la vejez».

Al finalizar el encuentro entregó a los presentes una medalla conmemorativa de su viaje apostólico a Fátima en 2010 y les impartió la Bendición Apostólica.