El sacerdote Fermín Negre fue el encargado de ayudar a los participantes a entrar en ambiente de silencio y oración en la casa de las Nazarenas, en Málaga en este tiempo de Pascua. En palabras del propio Fermín, «las tres meditaciones se centraron en la llamada a ser testigos del Resucitado, a renovar la pasión por el Reino y, así, encontrar la felicidad en el "como yo os he amado". El ambiente fue de acogida mutua, silencio comunitario que favoreció la escucha, junto con paseos y descanso de las prisas en el paraje maravilloso donde está enclavada la Casa de las Nazarenas. Hubo tiempo para poner en común en clave orante las mociones del Espíritu que cada uno fue experimentando. El rato de Adoración y la Eucaristía final ayudaron a este primer grupo de seglares, incluidos tres matrimonios, a vivir un encuentro como en el monte Tabor a repetir en años venideros en el arciprestazgo».

Como explica el arcipreste, Manuel Jiménez, «este retiro surge como una propuesta más para que los fieles del arciprestazgo se sientan parte de una misma realidad que va más alla de la propia parroquia».